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VENEZUELA

El hombre frente al micro y macro cosmos

Redacción
18/05/2012 - El científico es como un niño, se maravilla ante la realidad

Arnoldo José Gabaldón, ex ministro del Ambiente
El periplo vital que me ha tocado recorrer para dedicarme al macro cosmos, es decir, el medio ambiente, comienza con los sanos consejos de mi padre. Después, siendo niño aún, comencé a jugar con agua, me gustaba hacer canales. Luego, con el tiempo, estudié ingeniería en la UCAB y después estudié en Stanford una especialización en recursos hidráulicos. Empecé a trabajar en la UCAB en una cátedra y simultáneamente como ministro en el Ministerio de Obras Públicas. Así seguía mi camino que me acercaba al medio ambiente. Cuando uno trabaja con el agua se da cuenta de que este recurso es fundamental para la biosfera, es decir para la vida. Pero las condiciones del medio ambiente influyen en su calidad.
En el año 67, el gobierno creó la Comisión para el Aprovechamiento de los Recursos Hidráulicos. Muchos formamos parte de esta comisión y trabajando caímos en la cuenta de que el agua es como la sangre en el sistema circulatorio del planeta, es la que permite, junto con la luz y la energía, que exista la vida. Sin agua todo sería un desierto con la vida reducida a lo mínimo. Existe una vinculación fundamental entre el agua y el medio ambiente.
El presidente de ese entonces era genuinamente conservacionista y me propuso hacer un plan y programas para crear el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales. Al inicio del año 77 se creó el ministerio. Fue asombroso cómo se nos dio la oportunidad de elaborar un plan de protección integral del ambiente. El medio ambiente comprende la vida y está condicionado por los estilos de desarrollo que adopten los países. De aquí surge el concepto de desarrollo sostenible. Sigo consustanciado con el tema que elegí desarrollar porque si no podemos asegurar a las generaciones venideras un ambiente donde podamos aprovechar los recursos y crecer económicamente nos debemos preocupar.

Fernando Febres-Cordero, físico de la USB
El asombro es un tema presente en la vida de un científico. La historia de la ciencia está marcada por el asombro, marcada por una emoción muy grande, desde esa experiencia Newton explicó el movimiento de los cuerpos, Maxwell demostró que el magnetismo y la luz son manifestaciones del mismo fenómeno, Einstein vinculó el mundo mecánico con el electromagnético.
Cito a un poeta y pintor, William Blake, que pintó a Newton, donde lo muestra en el fondo del mar, concentrado en una especie de oscuridad y a sus espaldas hay una gran belleza y complejidad. Newton le da la espalda, no se percata. Blake era un crítico de la ciencia moderna, decía que para llegar a la naturaleza hay que mirar el Todo. Se plantea la conjunción entre la complejidad y el reduccionismo, la relación entre el macro y micro cosmos; cómo el comportamiento de las partículas del micro cosmos influye en el macro cosmos. Al entender la naturaleza de los elementos que en la división continua de la materia llegamos al átomo, que el frío o calor que sentimos es el resultado del movimiento de los átomos, es asombroso.
Me preguntaba: pero ¿cómo saben que todo esto existe, cómo saben de esta estructura? Esto me fascinó y es lo que me hizo estudiar física a pesar de haber sido antes violinista. El físico es como un niño, se maravilla de la realidad.
En lo que me he especializado ahora es algo más asombroso aún: la pretensión de que existe una partícula que genera masa. Es decir, el electrón por ejemplo tiene masa pero no es intrínseca a él, es generada por la interacción con una partícula que se denomina Bosón de Higgs. Citando un poema de Blake: “...el mundo en un grano de arena, el cielo en una flor silvestre, se abarca el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora”. Esta es la realidad, asombrosa por la contraposición entre lo nimio y lo infinito. La guía del físico y del matemático es la Belleza, es la Belleza lo que une al micro y macro cosmos.

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