El Parlamento sancionó el 10 de diciembre pasado una ley que transformó a Uruguay en el primer país del mundo en tener un mercado legal de marihuana desde su siembra hasta su venta al público. Posteriormente, el presidente José Mújica firmó y promulgó la ley que por estas semanas está siendo reglamentada.
En este último tiempo se han dado intensas discusiones, donde diversos actores de la sociedad han dado sus opiniones favorables o desfavorables, indicando las ventajas de esta ley, o en caso contrario, sus perjuicios.
Frente a ello, nos hemos sentido provocados a comprender y juzgar esta situación.
Por esto proponemos un diálogo a partir de las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que da origen a esta ley?, ¿por qué motivo se consumen drogas?
Entendemos que para responder a estas preguntas, es necesaria una visión totalizadora, que incluya todos los factores que están en juego. Y el primero de ellos, y principal, es la persona.
¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Dónde encuentra el hombre su verdadera satisfacción?
El hombre está constituido por una espera, por un deseo de infinito que resulta imborrable. Nada ni nadie podrá jamás arrancar del corazón del hombre sus deseos de verdad, de justicia, de felicidad.
“Reconocer que estamos hechos para el infinito significa recorrer un camino de purificación de los que hemos llamado «falsos infinitos», un camino de conversión del corazón y de la mente. Es necesario erradicar todas las falsas promesas de infinito que seducen al hombre y lo hacen esclavo”. Benedicto XVI
La forma concreta de alcanzar el gozo pleno en la vida es entonces responder con fidelidad al verdadero deseo del corazón del hombre.
Por ello, cualquier intento de satisfacción inmediata será insuficiente. No basta con buscar sustitutos a lo que cumple el verdadero deseo que el corazón anhela. Alcanza con mirar nuestra propia experiencia para reconocerlo.
Ahora bien, nuestro deseo y nuestra espera necesitan ser despertados, y para ello se necesita una educación en la realidad. Por tanto, no representará una ayuda aliarse con un recurso que "elimine" la realidad (los dramas, las preguntas de la vida, etc).
¿Cuál es el camino que proponemos?
Un camino educativo, como lo ha dicho el Papa Francisco en Río de Janeiro en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud 2013: “No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro".
Ofrecemos un lugar donde recuperar el valor de la persona en todas sus dimensiones, una compañía donde ser ayudados a enfrentar todas las circunstancias de la vida, capaz de sostener nuestra esperanza y de despertar todo nuestro deseo.
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