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VENEZUELA

El coraje del perdón en Venezuela

Antonio Galofaro
15/04/2014 - Radio Vaticana
Monseñor Aldo Giordano.
Monseñor Aldo Giordano.

Nuevas esperanzas en Venezuela tras el primer encuentro entre el gobierno y la oposición, celebrado el pasado jueves en Caracas, con el objetivo de poner fin a dos meses de violentas protestas que han causado ya cerca de 40 muertos. A esta importante reunión también estuvo invitado, en representación de la Santa Sede, el arzobispo Aldo Giordano, nuncio apostólico en Venezuela, que leyó un mensaje del Papa invitando a todas las partes a tener el coraje del perdón.

Hay que intentarlo todo para evitar el derramamiento de más sangre, para evitar más violencia. Está claro que ha sido un primer encuentro. Esperemos que haya abierto un camino y que este camino continúe. Ante todo, ha sido una ocasión para hablar, para hablar con mucha sinceridad, también con momentos muy críticos y duros. Pero era importante hablar, sentarse en la misma mesa. Se ha hecho un análisis de la situación y se han puesto sobre la mesa reflexiones útiles que tienen que ver con la crisis económica, con el uso de la violencia, con la criminalidad, tan extendida ya, y también con el tema de la libertad. Naturalmente, el encuentro también ha dejado abiertos varios interrogantes sobre la problemática situación del país, y sobre las relaciones entre gobierno y oposición. Está claro que un país polarizado entre los que tienen puesta su esperanza en la propuesta chavista y los que ven en ella el origen de los problemas. Por los análisis se ve que no se puede excluir la posibilidad de que siga creciendo la violencia. Los estudiantes, los jóvenes, son en el fondo los verdaderos protagonistas de las manifestaciones y ellos no estaban invitados a la reunión.

Monseñor Giordano, ¿cómo fue acogido el mensaje del Papa por los participantes en el encuentro?
Todas las partes lo recibieron como algo muy valioso. Fue muy citado y diría que suscitó esperanza. Indicaba, de hecho, que el camino de la violencia no tiene futuro y pedía el coraje y la fuerza, la paciencia necesaria para dialogar, señalando también la importancia de algunos elementos del diálogo: el respeto y el reconocimiento del otro. Hablaba de la novedad del perdón como lo único capaz de abrir caminos verdaderamente nuevos. El Papa, por tanto, ha indicado una perspectiva que va más allá de la polarización de las diversas problemáticas, ha señalado una luz. También el saludo enviado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, fue acogido con gran alegría y afecto. En Venezuela el secretario de Estado es considerado como un amigo muy querido y esperamos la posibilidad de su presencia en Caracas en algún momento de este camino de reconciliación. En realidad, la Iglesia está muy bien considerada en Venezuela, todos reconocen que tiene un papel fundamental en el proceso de paz.

¿Qué puede aportar la Santa Sede en este diálogo?
Creo que lo que el Papa ha indicado en su mensaje es en cierta medida el corazón de la propuesta, de la presencia, de la contribución de la Santa Sede. Es decir, señalar que el camino de la violencia es un camino cerrado, afirmar que el diálogo siempre es posible, a pesar de todas las dificultades, e indicar que existe también otra dimensión, una dimensión que es en el fondo la intervención de Dios, el llamamiento al corazón por parte del mensaje evangélico. Estamos en Venezuela, y aquí existe una fe común, tanto entre los miembros de la oposición como del gobierno. La mayoría de la población declara tener fe en Dios y la referencia al Evangelio de la Santa Sede quiere remarcar esta base común, porque sobre esta base común se pueden superar las graves tensiones que existen en el momento presente. La Santa Sede reclama a la buena voluntad común, es decir, a un amor inicial por el pueblo, una voluntad de salvar la riqueza y la belleza de este país, y sobre esta base común la Santa Sede podrá avanzar por los senderos de la reconciliación.

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