Amanece de pronto, quizás demasiado pronto parece decirnos el cuerpo que se resiste a levantarse al ritmo del despertador. Hay que ir al trabajo, en el camino dejar a la niña en el colegio y sortear las manchas negras del pavimento que nos dicen dónde hubo una barricada el día anterior. Parece notarse en el rostro de los demás conductores el temor de quedar atrapados en una de las tantas refriegas entre manifestantes, fuerzas policiales y los temibles “colectivos”.
A las seis de la mañana ya el twitter reporta barricadas en varios sitios de la ciudad. Voy de camino y llega el primer mensaje. Es Juan, facilitador de Tecnología Mecánica: “Naguanagua está trancada, no hay paso por la variante desde las 4 am”. Seguimos camino pensando; seguramente no habrá mucha asistencia de los jóvenes. Llegamos a las 6:50 al centro, la cancha está llena de jóvenes formados en columnas. Es un acto cívico, cantan el himno nacional y hacen la oración de la mañana: “Señor, te ofrecemos nuestro trabajo de este día, trabaja Señor conmigo”.
Es impresionante corroborar que la asistencia es masiva, a pesar de la situación que vive el País. Nuestros jóvenes hacen una clara opción por el trabajo creador en lugar de la violencia de las calles. Y no es que no tendrían motivos. Todos sufren la escasez, la inseguridad y demás males que vive Venezuela. Nos consta la sensibilidad de estos muchachos por mejorar su entorno a través de los proyectos de “Labor Social” que ejecutan en sus comunidades. Son la resultante del esfuerzo institucional para formar líderes constructores de una sociedad justa, fraterna y solidaria.
Transcurre el día y siguen llegando noticias desalentadoras. Ahora se suman dos asesinatos más, ya van quince fallecidos en las diversas protestas. Hay indignación por la brutal represión y la presunta participación de colectivos armados que atacan a los que se manifiestan pacíficamente para amedrentarlos. Decidimos laborar hasta las tres de la tarde, cuando comienzan a llegar los Emprendedores de la Mecánica. Sortearon obstáculos, no hay mucho servicio de transporte. Les recibimos con pena y admiración al mismo tiempo. Todos relatan sus peripecias para llegar, pero entienden los motivos de la suspensión de actividades. Les animamos a no desfallecer en su empeño y se despiden agradecidos de nuestra preocupación por su seguridad. Se marchan con una sonrisa entusiasta que nos reconforta. “Hasta mañana profe, muchas gracias”.
Nos quedamos con el mañana como una interrogante, ¡mañana! ¿Cómo será mañana? Y la preocupación ocupa nuestra mente hasta que reaccionamos: “¡Mañana será grande, mañana será hermoso, mientras nuestra juventud persevere y luche por construir el futuro que sueñan!”.
Héctor S. Vegas es director del Centro de Capacitación Jesús Obrero (Guacara, Carabobo / Venezuela)
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón