El 14 de abril en una ecografía obstétrica de control de mi esposa Mª Victoria se detectó que nuestro hijo por nacer, Farid Mateo, tenía aneurisma de vena de galeno. Esa misma noche se realizó un parto de urgencia y prepararon terapia intensiva para el bebé. Gracias a Dios no fue necesario, Mateo midió 42 cm y pesaba 2.500kg.
La mañana del 15 de abril se realizó la primera ecoencefalografía, tomografía y RX donde nos confirmaron la aneurisma, la vena dañada midió 19mm. Todos comenzamos a tener una gran desesperación y pena porque no podíamos hacer nada, no hay médicos capacitados en Paraguay para tratar a un bebé de esa edad con este problema. La pediatra que nos recibió, la Dra. Salinas, llamó al Dr. Fretes, neurólogo, para que lo evaluara y, después de ver los estudios, nos informó que no había nada que hacer sino viajar a Buenos Aires, ya que allí hay un médico especializado en esto, el Dr. Lylyk, pero no sabíamos si ya había tenido un caso de un bebé de ese tiempo y con ese peso, por de pronto no debía llorar ni ponerse nervioso. Queríamos otra opinión y llamamos a otros neurólogos. El Dr. Feltes nos dijo lo mismo y nos contó que supo de un caso aquí, en Paraguay, y que viajaron a Buenos Aires y el coste había sido de aproximadamente 55.000 dólares. También llamamos al Dr. Marín y vino a explicamos un poco más detalladamente de qué se trataba y qué podíamos hacer, pero todos coincidían en que era urgente el diagnóstico de un especialista ya que aquí, en nuestro país, no se han dado casos como éste.
Como fue todo de urgencia, no tuve tiempo de pedir permiso laboral y ese 15 de abril fui a la oficina para solicitar mi permiso de paternidad y comentarles lo que estaba pasando con Mateo y que posiblemente debíamos viajar en cualquier momento. Una vez que me escucharon en el trabajo me dijeron: vamos a ver la forma de ayudarte.
Al día siguiente se puso en contacto conmigo una persona de la Fundación Santa Librada diciéndome que una persona de la oficina le había llamado para que nos ayudaran y que se ponían a nuestra disposición para lo que necesitáramos. Yo le había comentado acerca del caso y que un médico en Buenos Aires, cuyo apellido era Lylyk, era el único por el momento y lo más cercano para tratar, ella me dijo que averiguaría lo necesario para viajar junto a él. No sólo consiguieron su número de teléfono y mail del doctor, sino que de la clínica del Dr. Lylyk se pusieron inmediatamente en contacto conmigo para consultarme ciertos temas.
El Padre Aldo Trento fue a bautizarlo el 17 de abril estando aún nosotros en el sanatorio, era uno de los temas urgentes; que se bautice y se haga Hijo de Dios porque no sabíamos cuánto tiempo estaría este bebé con nosotros. Una vez que volvía el Padre a la parroquia, llamó y solicitó información a Milán a través del Dr. Roberto Sega y mediante la Región de Lombardía, a ver si podían tratarle, y sin dudar inmediatamente ellos se pusieron a disposición de lo que se pudiera hacer sin ningún coste. Pero aún veíamos la opción de viajar a Buenos Aires porque el tiempo de duración del viaje era importante, ya que existía la posibilidad de que Mateo convulsionara durante el vuelo, además estaban los altos costes de por medio; por más que una compañera nos había ofrecido su departamento en Buenos Aires si optábamos por ir allá, los gastos del procedimiento en sí eran altísimos, algo inalcanzable para nosotros.
Una vez de alta, Mateo se realizaba controles de ecoencefalograma y ecocardiograma casi a diario, hasta que el 20 de mayo de 2009 se comenzó a detectar insuficiencia cardiaca y la vena dañada medía 22mm, por lo que ya no tuvimos más tiempo y el hecho de viajar fue una urgencia.
Por los altos costes entre Buenos Aires e Italia, optamos por viajar a Italia.
La Fundación Santa Librada nos había ayudado con ciertos gastos del viaje, y me habían dicho en la parroquia que en Milán había una persona que nos recibiría en el aeropuerto; lo increíble es que esta persona no sabía nada sobre nosotros y se puso enteramente a disposición de 1o que podríamos necesitar.
Amigos y compañeros no sólo nos enviaron ayuda monetaria sino que nos encomendaban en cada misa. También lo hicieron nuestros familiares y otros amigos católicos y cristianos. Y creo que fue esto lo que nos sostuvo a mí y mi esposa en todo momento.
Ya en Milán, el 23 de junio se realizó una embolización con un peso de 5,350kg. Un peso óptimo para poder entrar ya en cirugía y salir bien. El Dr. Boccardi (cirujano neurológico pediátrico de Milán) nos había dicho que la criatura más pequeña a la que había realizado esta clase de procedimiento era de 6 meses y un peso mínimo de 6kg, y Mateo sólo tenía 2 meses. El procedimiento fue endovenoso, increíblemente y por Gracia de Dios salió todo muy bien, hasta lo llamaría milagrosamente, por las cantidades de consecuencias que podría haber tenido, tanto que no fue necesario terapia intensiva pero sí lo dejaron en rehabilitación neurológica, en observación para ver su evolución. No llegó a 24 horas que estuvo allí y le dieron de alta para que fuera a una sala normal. Nos informaron de que la embolización se había realizado en 3 partes y no por toda la parte dañada, ya que había una parte muy delicada y no la tocaron.
De vuelta en Paraguay, el15 de octubre se realizó la resonancia y angioresonancia como había solicitado el médico de Italia y todo iba evolucionando muy bien; solicitó otra angioresonancia después de 6 meses.
El lunes 21 de diciembre de 2009 se realizó una ecoencéfalo para ver cómo estaba todo y nos comento el Dr. Volpe que lo que veía en la vena no medía más que 8mm y que no había más sangrado, y el ecocardiograma que se realizó en esos días dio un resultado normal sin secuelas.
La segunda resonancia se realizó en mayo del 2010 y enviamos las imágenes a Italia nuevamente. Después de unos días el Dr. Boccardi nos respondió que el resultado estaba fantástico, que la vena estaba casi en su estado normal y estaba muy orgulloso de su evolución. Pidió que dentro de 2 años que se realice otra RM, sólo para ver cómo sigue evolucionando. Nos comentó el Dr. Marín que esto lo continuaremos haciendo hasta que su cerebro llegue a su madurez.
Hoy puedo decir que en momentos de desesperación como éste, uno puede llegar a perder la fe, como me pasó a mí, y se abandona. Pero hay personas que aparecieron en nuestras vidas, como el P. Aldo Trento, quien armó un camino para nosotros, y los demás amigos y compañeros que nos sostuvieron, a los que estaremos siempre agradecidos. Tal vez para ellos sea un apostolado, una misión, caridad o simplemente, como me dijo un amigo, "gracias a Dios pudimos ayudarte, ayuda también vos con lo que puedas a alguien que necesite".
Pero todos los que vivieron con nosotros esos días intensos desde que nació Farid Mateo, mi mamá, mi familia, mi suegra, familiares de mi esposa, compañeros y amigos, viendo la manera que iba ganando peso, ese peso mínimo que debía de tener para entrar en cirugía con poco tiempo de vida, el altísimo coste, impensable de pagar para nosotros, que él haya viajado sin problema, el hecho de que saliera excelentemente todo el procedimiento siendo la primera intervención en el mundo a su corto tiempo con esa gravedad, y cómo evolucionó hasta hoy, que tiene un año y a cada instante puede regalamos una sonrisa a carcajadas.
Uno no puede decir que Dios no existe, porque eligió a este niño para lucirse con su omnipotencia, hacerse presente una vez más y mostramos que está con todos a cada momento, guiando nuestras vidas.
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