CHILE

Las clases empiezan a la sombra de una palma

Álex Pérez (Santiago)

31/01/2011

Después de una asamblea en la Escuela de Comunidad, Juan Emilio me habló de la propuesta que le habían hecho unos profesores italianos: profundizar en las reflexiones de Giussani sobre la educación a partir del libro Educar es un riesgo. Así nació la idea de celebrar un seminario en Santiago, en el que han participado más de 250 personas.
Queríamos volver a mirar el punto que guía nuestro camino, aunque eso nos exigiera volver a empezar desde el principio, desde aquello que creíamos ya saber. Enseguida me di cuenta de que sería una gran ocasión. Podía volver a ponerme en juego, aceptando el hecho de ser de Cristo. Decir sí fue algo inmediato.
La semana anterior al evento, algunos profesores nos reunimos para prepararlo todo. Me alegró vernos otra vez juntos, unidos por algo más grande que todo nuestro trabajo. El sábado 8 de enero llegaron desde Italia Luisa Cogo y Antonella De Giorgi. Para la ocasión, Juan Emilio instaló en su casa, a la sombra de una esplénida palma, un despacho extraordinario. Había de todo: ordenador, impresora, fotocopiadora, conexión a internet. Pero sobre todo personas que ofrecían su tiempo para lo que hiciera falta: desde corregir textos hasta preparar los cantos.
Por primera vez, las personas que trabajan en los cuatro colegios chilenos del movimiento (a los que se une "Edudown", dirigida por Juan Emilio, con más de 200 niños con discapacidad) se han reunido para hacer un trabajo común. He visto en acto un método para poder afrontar la realidad entera. Todo era una ocasión, el texto y el contexto: desde las lecciones sobre el libro de Giussani a una película que vimos juntos, desde los cuadros de Millet y Van Gogh a la audición de la Novena Sinfonía de Beethoven. Nuestros deseos y esperanzas han sido ampliamente satisfechos.
Estoy segura de que este año retomaremos nuestro trabajo con más certeza, “ahora que sabemos de dónde venimos” (como me decía un profesor). Nos hemos dado cuenta de que hemos sido elegidos, sólo esto explica el trabajo que hemos hecho juntos. Deseamos volver a empezar nuestra tarea al frente de estas obras educativas y ayudarnos en el juicio que hacemos, afrontando cada particular, mirando todo lo que sucede. Ahora tenemos la conciencia de ser un pueblo al que Dios abraza a través de nuevos amigos que nos hacen familiar Su rostro.

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