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ARGENTINA

El que ama educa

José Alberto Álvarez
14/02/2017

El Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC) celebró el pasado fin de semana su 54º Congreso de Rectores en Argentina, bajo el lema “El que ama educa”. Publicamos la conferencia de clausura a cargo de su presidente, el padre José Alberto Álvarez.

Tu corazón es un corazón como el mío y la educación es cosa del corazón. La mamá cuando está haciendo ñoquis le da un poco de masa a la nena para que juegue, el papá está trabajando y le da el martillo al nene para que golpee en todas partes, y así están educando. El que ama educa. Decía Mons. Eduardo Martín, obispo de Rosario, que los pibes te sacan la ficha y mirando aprenden. En estos días asumí una conciencia más clara con respecto al lema de nuestro encuentro, "El que te ama educa". ¿Le sacaste la ficha al que te está amando ahora? El que te da la masa o el martillo, te invita a estar con él, y ¿nosotros disfrutamos de estar con el que nos ama?

Frente a este vivir la vida con autonomía, como si no existiera un gran amor educándome, ¿soy más sin este gran amor? ¿Yo soy más en la autonomía sin el Otro? ¿O necesito a este Otro para que mi vida sea verdadera? Un amor verdadero te educa así, con una presencia, con una compañía, con un educarte para que vos seas más.

El Papa Francisco comenzó el discurso del congreso mundial de educadores católicos de 2015, definiendo la educación como «una introducción a la realidad total». La realidad está llena de significado para mí. Cuando estudiaba hermenéutica, nos decía un profesor que para interpretar tenemos que descubrir la realidad del signo, algo que a través de sí refiere a otra cosa. La realidad es signo, es la manera en como nuestro maestro nos llama y nos involucra en la tarea. La realidad es un don para nosotros, el P. Javier Prades nos decía que tenemos que evitar la mirada violenta sobre la realidad, la profesora Ruth Ramasco nos tiraba la realidad por la cabeza; sin embargo, la realidad dice eso pero también otra cosa más, que es don de Otro.

Cuando hacía bautismos le preguntaba a las madres: «Si recibís súbitamente un ramo de flores, ¿qué hacés?». Algunas decían «las pongo en florero», y les contestaba: «Mentiras, vas a ver quién te lo mandó, porque no podemos resistirnos a la curiosidad». El que te ama te despierta todos los días, te ama y te despierta con la realidad que ves. Todo es un regalo, pero el regalo a veces no tiene la envoltura que nosotros queremos, pero nos muestra algo más que el envoltorio, nos muestra la atención que tiene para con nosotros, tiene una carga del amor, y manifiesta el interés del otro por nosotros. El que te ama a veces se muestra a través de un rostro desagradable, porque si la realidad estuviese hecha por mí no me provocaría, porque ya sabría lo que va a pasar, entonces ya nada me sorprendería, y estaría superanestesiado, sabría lo que va a pasar mañana, o en casa, o dentro de 40 años. Sin embargo, como no la hacemos nosotros, y no es como yo quiero, como la hace alguien que me ama, tengo que llegar a la médula para ver qué tiene de positivo para mi vida y cuando no entiendo, es que tengo que aprender a pedir y a descubrir, tengo que hacer un trabajo.

La vida requiere oración, un grito del corazón que te salve de vos mismo, porque si no, nos perdemos la intensidad de la vida. Porque Dios no se desentiende de nosotros, sino que es uno que no deja escapar ni un cabello de nuestra cabeza, ningún detalle, ni el más minúsculo escapa del que te ama y te educa. Él te regala la realidad y las circunstancias, y son para vos, y son distintas para cada uno, y esto no es injusticia, es creatividad.

¿Cómo se despierta el deseo? Se despierta no diciendo “acá no hay nada para vos, mirá la pantalla que en la realidad no hay nada para vos”. Esta es la gran crisis: haber cortado el nexo con la realidad, el nexo con el que te ama y te conduce, de sorpresa en sorpresa, de fascinación en fascinación, porque la vida es maravillosa, porque Él la pensó para vos, así la vida no es dejarte tranquilo.

San Pablo era un judío-judío, un excelente israelita, pero no le alcanzaba. Al joven rico no le alcanzaba, y busca más frente a Jesús, busca la vida eterna. La vida eterna es el infinito. Gastamos muchas veces energía en algo que mañana no va a estar, esto no es pesimismo, siempre y cuando nos preguntemos si esto nos alcanza. Esto es nuestro deseo. Pero nos quejamos de la realidad, miramos por el ojo de la cerradura de internet para ver lo que los otros disfrutan, y en nuestra vida pública somos fariseos y no disfrutamos de la vida.
El verdadero educador no quiere alguien con un caparazón que lo defienda de la vida, sino con vértebras que le permitan pararse frente a la vida y correr. No es el adormecimiento y la tranquilidad lo que nos hace grandes.

Nuestro deseo no se despierta en pensar qué me gusta, sino en que en la cancha de la vida descubro que Tú estás. Basta mirar la vida hasta el fondo para ver que Él golpea la puerta todos los días, y es ahí, en la vida, donde descubro que me gusta vivir así, y cuando falta se me hace agua la boca y lo voy a buscar, y voy a buscar lo que da gusto, no me conformo con un sandwichito sino que quiero los fideos de la abuela, esos que siempre recuerdo. A veces nos preguntamos ¿por qué me pasa todo a mí, por qué sale todo al revés? ¿Puede ser eso amor? Mira, haz el trabajo, fíjate qué hubiera pasado si no hubiese venido el cachetazo.

La propuesta cristiana no elimina el deseo, lo exalta, lo toma en serio. Te ayuda a retomar las preguntas alguien que se ha tomado en serio las preguntas de su vida. El que te trata así, no te trata como idiota. El que te quiere suplir en la búsqueda no educa. ¡No sean educadores así! No suplan la libertad del otro, no busquen maestros a los que pregunten en cada instante lo que tienen que hacer. El que te ama te educa, te da los elementos para vivir la vida. Jesús dice el discurso del pan de vida y no entendían nada, pensaban que era caníbal y se fueron, y yo tampoco me quedaría. Se quedaron los discípulos, no les explicó, sino que les preguntó: ¿ustedes también quieren irse? Los puso frente a las razones por las que lo seguían, y Pedro no le pidió explicaciones, sino que se refirió a la experiencia que venían haciendo, tocaban el cielo con las manos, a eso se refiere con las palabras de vida eterna.

Un educador te dice que te tomes en serio tu vida, te hace buscar en la experiencia. No es buen educador el que te ahorra el trabajo. Hay maestros que les encanta resolver los problemas de los alumnos, y hay alumnos que les encanta que les suplan la libertad y les hagan el trabajo.

El que te ama, te educa.

Solo desde las lágrimas, desde la confusión del imprevisto, solo desde el grito del corazón que pide la presencia de Él, solo desde una vida así que no es tuya, solo desde la vulnerabilidad y de la nostalgia, aprendemos, el tiempo del aprendizaje no se agota. Frente al drama de la vida el que te ama no te anestesia.

Solo en una experiencia de amor el corazón se deja vencer. Déjate vencer por la realidad que te da el que te ama. Dejémonos vencer por el gran maestro que te ama y te educa.

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