«¿Quién es para mí don Giussani?». Responde Michele Berchi, rector del Santuario di Oropa.
Después de ver el video dedicado a don Giussani con motivo del décimo aniversario de su muerte y repartido con el periódico Corriere della será, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?
Al volver a ver ese rostro y volver a escuchar esas palabras, es como si me hubiera vuelto a encontrar con las palabras, el rostro y la energía de mi padre. Mi padre. Porque el encuentro con este hombre –y con todo lo que nació de aquello, viendo el video me he dado cuento– fue el modo como me enamoré de Cristo. Y empecé a amarme a mí mismo al enamorarme de Cristo. Ciertos momentos del video me han conmovido, porque son momentos que han descrito, han dado significado y esperanza a momentos fundamentales de mi vida.
¿Quién es don Giussani per usted hoy?
Solo puedo decir una cosa: no podría decir nada como sacerdote, como cristiano, más que lo que aprendí a través del carisma que él me transmitió. Por tanto, solo sabría decir quién es don Giussani para mí si digo que es eso, un padre. Todo lo que yo vivo de la fe, de la relación con Cristo, lleva dentro esta modalidad, este acento que reconozco que es mío porque lo he recibido de él. Un padre.
El 7 de marzo estaremos en San Pedro con el Papa, ¿cómo espera ese momento?
Me impresiona mucho este momento de la historia, de forma particular por lo que yo vivo, por mi trabajo como rector de un santuario. Me interpela mucho porque, volviendo al video, lo que yo deseo es vivir, dar mi vida a Cristo en la Iglesia según las modalidades que le pido al Papa que me indique. Por eso voy a Roma pidiendo al Señor que el sucesor de Pedro me indique qué es lo que la Iglesia necesita, para que yo pueda vivir mi vocación hasta el fondo.
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