Alešenka, querido, ¡sé fuerte!
Gracias por lo que me has escrito, es maravilloso y has ayudado a muchísima gente. Deseo que lo consigáis todo. Y deseo también que se cometa el menor número posible de errores.
Me parece que el principal error en que ahora podríais incurrir es el de perder la confianza en vuestros compatriotas, por ejemplo, decidiendo apagar los canales de la televisión rusa para desembarazaros de su propaganda monstruosa y falsa. Cualquier tipo de prohibición adquiere rápidamente una fascinación seductora e inmediatamente uno empieza a ver “cosas” que probablemente nunca hayan existido. No, hay que explicarles todo a todos. Hay que refutar y desenmascarar la falsedad, las mentiras que son ya tantas que resulta incluso aburrido ponerse a refutarlas todas. Pero no debéis perder la confianza en vuestros compatriotas (sobre todo en aquellos que tienen miedo y no comprenden) y no debéis dejar de explicarles lo que sucede. Una y otra vez. Con respeto. Sin permitiros tomar, en su lugar, decisiones autoritarias propias del “Gran Inquisidor”.
Tú estás cansado, pero ese gran diálogo es indispensable para volver a unir a todos los que viven en Ucrania, y es un diálogo que apenas está empezando. ¡Pero es una obra grandiosa! Si verdaderamente lográis construir un país donde todos se respeten recíprocamente, será algo verdaderamente grande. Es fundamental el hecho de que puedas explicarles a otros manteniendo el respeto y la confianza en tu interlocutor. ¡Ojalá tengas las fuerzas necesarias! Te deseo mucha fuerza, y la ayuda del Señor.
Con amor.
Tatiana, Moscú
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