El presidente de Comunión y Liberación, Julián Carrón, ha pasado por Madrid para presentar la primera biografía de Luigi Giussani, el fundador de esta movimiento religioso presente en 90 países y que cuenta con más de 65.000 miembros en todo el mundo. La obra «Luigi Giussani, su vida» (Encuentro) ha sido escrita por el periodista Alberto Savorana, una de las personas que mejor conoció al sacerdote italiano y con el que trabajó durante veinte años como portavoz del movimiento.
¿Qué puede representar este libro para la situación que vivimos hoy en España?
El libro es el testimonio de una persona que ha afrontado muchos de los desafíos que nosotros estamos afrontando en la actualidad. La ventaja de don Giussani es que ha visto de modo anticipado los problemas que todos tenemos ahora. Él empezó a intuirlo cuando era imposible casi imaginarlo porque entonces todas las iglesias estaban abarratodas y las grandes instituciones católicas a rebosar.
Giussani fue profesor en la escuela pública, ¿qué responsabilidad tiene la Iglesia en esta crisis ética y moral que subyace a la económica?
Hace años a Giussani le preguntaron una cosa parecida y él contestó con una frase famosa del escritor inglés T. S. Elliot. ¿Es la iglesia quien ha abandonado a la humanidad o la humanidad es la que ha abandonado a la Iglesia? Giussani respondió: los dos. Ciertamente, la Iglesia tiene una parte de responsabilidad en este abandono porque no ha sabido comunicar el cristianismo con la frescura, la novedad, la fascinación con la que se podía comunicar.
¿Y cuál ha sido el papel de la Iglesia en la educación?
La gran tarea educativa que tiene la Iglesia es una ocasión estupenda para repensar cuál es la naturaleza del cristianismo. Si el cristianismo es solo un elenco de cosas a hacer, una ética, una doctrina o, en cambio, es una vida que se convierte en interesante cuando uno la ve testimoniada en la vida de otro. Don Giussani es fundamentalmente un educador y ha tenido la capacidad de comunicar la fe como algo interesante para la vida. Esto demuestra que tenemos mucho que aprender a la hora de comunicar la fe.
Usted que ha sido profesor, ¿hay interés en las universidades y centros educativos de inspiración católica por formar personas?
Es lo mismo que antes pero ahora desde el ángulo de la universidad. Si el cristianismo se reduce sólo a una serie de cosas a hacer y no a la fascinación de algo que uno percibe como interesante para vivir, es difícil. Por eso invito a preguntarse, ¿cuál es la naturaleza del cristianismo? Ahora que ya no bastan los reclamos éticos. ¿Qué es lo que hace que algo se convierta en interesante para mí? Por qué solo cuando esto sucede la gente comienza a interesarse por el cristianismo. Los Evangelios relatan que los primeros que encontraron a Jesús estuvieron con él una tarde y decidieron volver a buscarle el día siguiente. Parece una cosa obvia, pero no es obvia. Basta con que cada uno se pregunte cuántas veces nos ha pasado esto en la vida, que hemos encontrado a alguien que luego hayamos tenido el deseo de encontrarlo al día siguiente. Esta es la naturaleza del cristianismo.
¿Entonces tenemos que deducir que los cristianos hoy son poco atractivos en su vida cotidiana?
Cada uno de nosotros debemos hacer el test en la realidad. ¿Por qué? Porque el método de Dios siempre ha sido éste. Dios llama y genera en aquel que le sigue una forma de vivir que puede convertirse en testimonio para los otros. No existe otra modalidad que aquello que otro vive se convierta en interesante para mí. Cada uno después tiene que verificar en qué medida su testimonio interesa a los otros. No basta con que nosotros reprochemos a los otros que no quieren ser cristianos.
Usted que conoció a don Giussani, ¿cómo le recuerda?
Lo que más llamaba la atención era su persona. Más allá de su inteligencia agudísima. Era la complejidad de una persona que primero te atraía, te fascinaba por su vitalidad, por su capacidad de comunicarte el entusiasmo con el que vivía. Era imposible no ser como arrastrado por una fascinación. Si esto es el cristianismo, a mí me interesa.
¿Ve similitudes entre Francisco y Giussani?
En muchas cosas. En esta preocupación que tiene el Papa de presentar el cristianismo como un encuentro. También la idea de una Iglesia que va al encuentro de los hombres allí donde los hombres viven. Muchas veces el movimiento ha sido acusado de sacar a la gente de las parroquias. En realidad no era que la sacáramos, sino que la encontrábamos fuera. El movimiento las encontró siempre en el trabajo, en la universidad o en la escuela. Por tanto, muchas de las cosas que ahora el Papa nos pone delante de los ojos ya las habíamos visto en Giussani. Y por tanto no le podemos más que estar agradecidos.
¿Este es el Papa que necesita hoy la Iglesia?
Pienso que sí, es el Papa que necesita hoy la Iglesia. Primero porque es el Papa que Dios nos ha dado y segundo porque me parece que es evidente la capacidad que tiene de conectar con la sensibilidad de tantas personas a través de gestos sencillísimos. El Papa insiste mucho en comunicar lo esencial y en no hacerlo de una manera demasiado compleja para la gente sencilla. Y en esto es otra coincidencia que encontramos con Giussani.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón