El pasado día 1 de enero tuvimos que llevar a mi madre, en ambulancia, al hospital. Estando yo por la noche en el Box de la UCI, pensé que nos iba.
Le han diagnosticado una neumonía, lo cual, junto al cuadro de degeneración cognitiva, la tiene sumida en un estado de indefensión total. Yo no me canso de mirarla y acariciarla…
Me he dado cuenta, una vez más, de lo que apunté la última vez en la Escuela de comunidad: si uno reconoce que hay un orden de alguna manera querido por Dios, que este momento que me toca vivir ahora ha sido pensado para mí desde toda la Eternidad, como algo bueno... si lo reconozco, lo abrazo y lo sufro, como parte del plan bondadoso sobre mi vida (aunque lo que toca ahora es sufrirlo.), se puede llegar a experimentar, incluso el cielo en la tierra. A saber, paz, contento, y algo de descanso.
Almudena
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