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VENEZUELA

Ejemplos de sociedad civil en Venezuela

26/08/2017

Moderados por Monica Poletto, presidenta de CdO-Obras Sociales, el Meeting ha acogido el testimonio de Sumito Estévez, chef, escritor, emprendedor y educador; Alejandro Marius, fundador de la asociación Trabajo y Persona; y Ana Cristina Vargas, profesora e investigadora en el Instituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela.

«En cada uno de nosotros existe una irreductibilidad enorme, que se puede despertar por un encuentro», apunta Monica Poletto al presentar a Estévez. Este chef quiso ofrecer un testimonio de civilización de un país que se encuentra al borde del abismo, y que se toca profundamente con la historia de su vida y de su conversión adulta. «Hace casi diez años, mi mujer y yo nos trasladamos a la isla de Margarita con la idea de pasar nuestra vejen en el mar y huir de la notoriedad que me rodeaba. En diciembre de 2010 construimos una escuela de cocina pero, a un mes de la inauguración, hubo una inundación que la enfangó por completo. Cuando todavía estábamos atónitos e impotentes, nuestros vecinos vinieron a ayudarnos, estuvieron todo el día con nosotros limpiando. ¿Por qué nos ayudaban?». Aquel día, aquel gesto de pura gratuidad, hizo nacer una pregunta en el corazón de Sumito, una impresión que le cambió para siempre. De hecho, «el 22 de octubre del año siguiente fui bautizado en la fe católica. Todo nació allí, aquel día en que renací del fango».

Aquel momento se convirtió para Estévez en el inicio de una concepción nueva de la realidad, donde cada encuentro cobra valor y es fuente de conocimiento. Porque insiste en que no se convirtió por un razonamiento sino porque vio en otros un cierto modo de vivir la vida. «No me convertí por miedo a la vejez. Hoy tengo una certeza por la historia a la que pertenezco, por eso quiero seguir trabajando por los míos y por mi país».

Luego tomó la palabra Ana Vargas. «Mi historia nace del deseo que tengo, muy fuerte, de entender a qué pertenecemos, de dónde venimos, e intentar transformar lo que no nos gusta». Esta joven arquitecta vive en Caracas, una ciudad donde un tercio de los habitantes vive en estructuras no formales, donde no hay espacios públicos ni pensados ni gestionados. Estudiando Urbanística, Vargas vio que debía conciliar el espacio urbano con las nuevas posibilidades de encuentro en nuestro tiempo. Para ello, había que mirar los espacios públicos desde el punto de vista de los ciudadanos, para comprender la ciudad y a sus habitantes. Así nació Tracking Public Spaces, una ONG que sigue una nueva metodología para estudiar y crear conciencia entre los niños, para transformar los espacios públicos en sedes informales de alta densidad. Se propone un análisis desde abajo, con instrumentos innovadores de representación y diseño para afrontar los desafíos de los espacios públicos de la comunidad. «Se observa, se diseña, se hace un mapa único y se ofrece el proyecto a la comunidad. Si es viable, se convoca un concurso para poder hacerlo realidad». Este método tiene el valor añadido de enseñar a los niños las primeras herramientas del oficio y la posibilidad de utilizar materiales de reciclaje. Ana Vergas ama profundamente su país: «Este sentido de pertenencia te da la posibilidad poco a poco de cambiar las cosas».

Alejandro Marius es fundador y presidente de Trabajo y Persona, una asociación con la misión de promover toda una serie de actividades orientadas a enriquecer a la persona, especialmente en el ámbito laboral en varios sectores económicos, desarrollar programas para mejorar la formación profesional de la población, sobre todo a los más jóvenes y vulnerables. Contó numerosos encuentros donde se hacía evidente que «la inteligencia de la fe se vuelve inteligencia de la realidad», tomando la afirmación del Papa Benedicto XVI. Como su colaboración con el responsable de L’Oreal en Venezuela y el director de un hotel de cinco estrellas en Caracas, de la que ha nacido un curso profesional para las mujeres que trabajan en el servicio de limpieza del hotel. «Queremos crear oportunidades laborales no solo usando el dinero de la cooperación sino mediante relaciones de amistad y colaboración», explicó Marius. «Venezuela podría ser un infierno, pero si te fijas bien no todo es un infierno». Por las pantallas empezaron entonces a desfilar imágenes de rostros, historias de personas cuya vida se ha cruzado con la experiencia de Trabajo y Persona. Y si te fijas bien, empiezas a pensar que efectivamente en Venezuela no solo existe un infierno.

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