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¿Es la Universidad una fábrica de idiotas?

Samizdat
26/05/2011

Idiota en griego significa “el que tiene un interés restringido”. Desgraciadamente parece que la Universidad se está convirtiendo en una fábrica de idiotas. Nacida para fomentar el uso de la razón, hoy en día se está alienando.
¿Para qué vamos a la Universidad? Para estudiar, pero sobre todo para ser hombres y mujeres que no quieren censurar nada. Nada. Empezando por las preguntas que nos surgen ante el terremoto de Lorca o de Japón: ¿Por qué la muerte? ¿Para qué vivimos? ¿Quién soy yo? O ante la mujer amada, la muerte de un familiar o una injusticia: ¿Será este amor para siempre? ¿Por qué deseo tanto? Cuando vivimos sin censuras sale a la luz lo que somos. La experiencia religiosa está situada al nivel de estas preguntas. Si afirmamos que esto no es razonable, somos idiotas. Y, como sabemos, idiota es una palabra polisémica.
¿Qué es la razón? La apertura a la realidad teniendo en cuenta la totalidad de los factores. Dejar fuera las preguntas últimas, o sea, las preguntas trascendentales, sería usar la razón de un modo reducido. Y estas preguntas exigen una respuesta que da inicio a la aventura del conocimiento de toda la realidad. Con la misma certeza con la que digo que dos más dos son cuatro puedo afirmar que mi madre me quiere. La razón usa diferentes métodos para conocer, con certeza, toda la riqueza de la realidad. No sólo el científico. Preguntémonos, por ejemplo, cuántas cosas conocemos a través del testimonio de otras personas. ¿Alguien duda de la existencia de América aunque no haya estado allí?
El hombre de todos los tiempos ha buscado responder a las preguntas que lo constituyen, intentando entrar en lo desconocido. Así han nacido las religiones, a partir de la creatividad del hombre que intenta establecer el nexo entre el misterio y su propia existencia. Pero en un determinado momento de la historia, el Misterio que da consistencia a todas las cosas ha recorrido el camino en sentido inverso, haciéndose un factor de la misma historia. Y esto ya no es “proyección” religiosa sino un hecho que obliga a una verificación histórica: un hombre, Jesucristo, dice ser Dios. El cristianismo es el anuncio de que este hombre ha resucitado y está vivo en la humanidad de la Iglesia. Un anuncio que se propone a la verificación de todos. De experiencia a experiencia.
Por eso amamos la libertad de expresión. El profesor Sáinz de la Maza señala que “la libre y civilizada discusión de ideas y creencias, incluyendo la de la función y presencia de la expresión religiosa ha de ser una manifestación más del ejercicio de la libertad de pensamiento”. En la Puerta del Sol se gritaba: “¡Democracia real ya!”. Esa democracia se enriquece cuando cada uno aporta las razones de su experiencia. Y nosotros, como cristianos, damos razón de nuestra experiencia en la Universidad. Ojalá consigamos que el eslogan que recorre la Puerta del Sol se encarne en nuestras facultades, con el diálogo romperíamos la ideología. Y un diálogo no entre “iguales” que se dan la razón como “idiotas”. Buscar la verdad con el que es diferente ayuda a someter a crítica las propias propuestas.
Hemos hecho estas entrevistas para confrontarnos con nuestros profesores de la Universidad, buscando la verdad en diálogo con ellos. En la Universidad, el lugar donde la razón es la pauta, afirmamos que nuestra fe es razonable. Porque no reducimos la razón. No queremos ser idiotas. Y tampoco muñecos de plástico fabricados en Elche.


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