La bendición del papa Francisco por el décimo aniversario de la página web de AsiaNews llegó pocos días antes del simposio que celebramos el pasado 9 de octubre y en el que contamos con la presencia de muchos amigos, embajadores, personalidades, obispos y cardenales. Me llegó en forma de carta del cardenal Bertone, secretario de Estado, asegurándonos el saludo y bendición del Pontífice.
Esta bendición es la confirmación de que estamos trabajando para la Iglesia y para Cristo mismo, ilumina nuestra fatiga cotidiana, el esfuerzo “multitarea” que hacemos para escuchar a las Iglesias asiáticas, para sufrir con ellos su persecución, para comprender las grandezas y las miserias de un desarrollo económico que agiganta las cifras del PIB y la humillación en que se hunden tantos ciudadanos indios, chinos, vietnamitas… muchos de ellos amigos nuestros personales.
Esta bendición nos da la certeza de que el camino de la redención ha comenzado y que nuestra cercanía sirve para mostrar al verdadero protagonista y vencedor de la Historia.
Además de animarnos, el Papa nos invita a ir más allá: «a intensificar los esfuerzos de sensibilización y actividad misionera», a difundir «el mensaje salvífico del Evangelio [para que] llegue a todas las periferias del mundo», a reforzar «la estrecha comunión entre las iglesias locales, íntimamente unidas con el sucesor de Pedro», y a acrecentar «la generosa ayuda recíproca».
Este trabajo es ya en parte lo que llevamos años haciendo, animando a nuestros lectores a llevar en el corazón el destino de los cristianos perseguidos; a enviar ayuda a las víctimas de los terremotos y tsunamis; a sostener el estudio de los seminaristas, sacerdotes y monjas en Asia; a financiar la participación en la JMJ de jóvenes chinos o paquistaníes.
Pero la sugerencia del papa Francisco nos lleva a ser más decididos, a una respuesta más radical y definitiva. Para “llegar a todas las periferias del mundo” es necesario “salir”, como repite continuamente el Papa. Salir significa que no tenemos una patria definitiva en ninguna parte, que no estamos llamados a construirnos un nido sino a vivir en cualquier tierra como si fuera nuestra patria. Vienen a mi mente las palabras que Juan Pablo II dijo una vez a don Giussani: «Vosotros sois como yo, hombres sin patria». Este estar “desarraigados” en realidad es estar radicalmente fundamentados sobre la pertenencia a Cristo y a la Iglesia, que permite sentir como propio cualquier problema del mundo, y mirar con simpatía a cualquier cultura, aun percibiendo las ambigüedades, y permite sufrir y gozar con cada paso o conversión que acontece en Asia.
La edición en español de AsiaNews – que llega después de la italiana, la inglesa y la china – nace precisamente de este deseo: que las iglesias latinoamericanas puedan “salir” y participar más plenamente en la misión universal, llegando hasta el continente asiático.
En esto seguimos la trayectoria del papa Bergoglio: cuando era seminarista quería ir de misionero a Japón. Luego su enfermedad le dejó en Argentina. Pero ahora, como Pontífice, es pastor universal y testigo de Cristo en todas las latitudes. Muchos budistas, ateos o hindús, gracias a él, quieren conocer más el cristianismo y a veces incluso hacerse cristianos. Es decir, hombres sin patria.
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