Joseph Ratzinger empezó a trabajar en su libro sobre Jesús de Nazaret el verano de 2003. Lo consideraba como el libro de su vida, y a este proyecto pensaba dedicar sus años de jubilación. Pero en abril de 2005 fue elegido Papa. “Entonces, muchos temimos que esta obra se quedaría sólo en un deseo, y es admirable que hoy tengamos la realidad casi completa”, afirmó Mons. Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, durante la presentación de la segunda parte del libro Jesús de Nazaret en Madrid. “Es admirable que se haya tomado el tiempo y el empeño necesario para realizar este trabajo. Un empeño digno de admiración y de inmensa gratitud”.
¿Por qué este empeño? “El Papa teólogo sabe bien lo que se juega en la cuestión de la realidad histórica y teológica de Jesús de Nazaret: el ser o el no ser de la fe cristiana”, responde Martínez Camino con rotundidad. “La búsqueda histórica de Jesús en los últimos años ponía en duda precisamente la realidad histórica de Jesús, y esto es de vida o muerte para la fe. Si toda la historia de Jesús, la resurrección, no tuviera una huella histórica en la humanidad, la fe no sería más que un gran malentendido o un miserable engaño”.
Por esta razón, Benedicto XVI decide entrar en el debate teológico especializados y establece un diálogo de tú a tú con los especialistas en la exégesis de Jesús, ofreciendo una respuesta sencilla y rigurosa. “La respuesta del Papa es que los Evangelios ofrecen la imagen más real de Jesús, la única verdaderamente histórica y completa, no a base de hipótesis o disecciones que acaban siendo imágenes de quien las realiza”. Es una cuestión de método. “Ratzinger no rechaza los métodos histórico-críticos que habitualmente usan los exegetas, de hecho él también los utiliza, pero lo hace de manera consecuente, no parcial”. Es decir, de una forma adecuada al objeto que pretende conocer. “La gran originalidad de este libro está en que lleva a cabo un trabajo exegético sobre Jesús con la doble dimensión de la historia y la teología. Porque a Jesús, que es hombre y que es Hijo de Dios, no se le puede entender de otra forma. Su verdad histórica es su verdad teológica, no se pueden separar. Sólo así se puede dar razón de la singularidad de Jesucristo”.
Este segundo volumen sobre Jesús de Nazaret contiene numerosas referencias al Antiguo Testamento. De modo que el lector puede entender cómo “el Antiguo Testamento se cumple en el Nuevo”, explica Martínez Camino. “Sin la esperanza de Israel que describe el Antiguo Testamento no se entendería la Cruz que narra el Nuevo Testamento. Antes no se sabía muy bien cuál era el destino y el sentido de esa tradición, pero en la Cruz se desvela su significado. Por eso el judaísmo no es para el cristianismo una religión más”.
José Miguel Oriol, presidente de Ediciones Encuentro, destacó en este sentido que la lectura de este libro es muy oportuna para la Semana Santa. “El libro aborda la semana definitiva de los misterios cristianos, en los que el misterio de la redención se cumple definitivamente”. Oriol destacó que estamos ante un “libro histórico y profundamente ecuménico”. “Es una reconstrucción de la figura tradicional de Cristo, la que la Iglesia nos ha enseñado siempre”.
En palabras de Martínez Camino, “la lectura de este libro es una ayuda impresionante para tener una mirada simple y unitaria al corazón de la fe cristiana. Simple y unitaria, pero ni simplista ni unitarista. Está lleno de matices, pero en todo revela el corazón de la fe. A mí me ha ayudado a entender mejor en qué consiste mi fe. Es un libro para la unidad del corazón y la inteligencia de la fe”.
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