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El Misterio que une budismo y catolicismo

Los 1.500 asientos se quedaron cortos para acoger al público que se dio cita en el acto titulado “¿De qué corazón irradian mil manos? El Misterio, fuente de 30 años de amistad”. De hecho, muchos se quedaron fuera esperando poder ver a Shodo Habukawa, monje budista del Monte Koya y profesor en la Koyasan University, acompañado de su fiel traductora Saito Wakako, también docente universitaria, y a Mauro Giuseppe Lepori, abad general de la orden cisterciense.

Este encuentro ha tenido lugar coincidiendo con el trigésimo aniversario del nacimiento de una profunda amistad entre el maestro Habukawa y don Giussani, y estuvo moderado por Roberto Fontolan, director del Centro Internacional de Comunión y Liberación, que también estuvo «presente», tal como ha recordado conmovido, aquel lejano 28 de junio de 1987.

«Nunca olvidaré aquel día extraordinario, cuando monseñor Luigi Giussani apareció ante mis ojos con una luz clara y reluciente, la típica luz de principios de verano. Por unos instantes permanecimos abrazados en silencio, no hacían falta palabras. La profunda emoción de aquel primer encuentro sigue siendo inolvidable», recuerda Hobakawa.

Pero este acto no empezó inmediatamente con las palabras de sus protagonistas sino escuchando la oración de los monjes budistas allí presentes, guiados por su maestro. A su canto se añadió luego el gregoriano de otro coro. Un mix musical capaz de causar escalofríos por las potentes vibraciones que conseguía transmitir, evocando en todos los presentes a ese Misterio «que unió a don Giussani y Habukawa en una amistad íntima, única y profundamente misteriosa», explica Fontolan.

Al terminar la oración, Habukawa empezó a relatar su encuentro con Lepori en la abadía cisterciense de Hauterive, Suiza, en 1999, poco antes de la muerte de don Giussani, y cómo le impresionó el hecho de que «a pesar de las diferencias con los monjes católicos estábamos unidos al Misterio por la oración». Recordó especialmente el momento de la Comunión como «muy impresionante, pues verdaderamente compartimos el momento más profundo de la oración en el abrazo al Misterio». Compartir esta experiencia mística es lo que sigue uniendo a budistas y católicos, hoy como hace veinte o treinta años.

Después Lepori citó un mensaje que recibió hace poco de Habukawa, un punto central de la reflexión del maestro budista: «Todos los que van buscando un gran maestro tienen su corazón vacío. Pero gracias al encuentro con él, todos serán salvados y volverán de camino a casa con el corazón lleno de satisfacción». Para el abad, la amistad es la sintonía entre estos corazones vacíos pero ardientes de sed de infinito que se encuentran y caminan juntos gracias al deseo de plenitud. Esta amistad es el Misterio que se deja experimentar y que se manifiesta presente. «Nunca terminaremos de entender el Misterio», concluyó Lepori, «ni de desearlo».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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