Va al contenido

NOTICIAS

OPUS FLORENTINUM, o la plaza de la catedral de Florencia

Carla Vilallonga
25/08/2015

Nos acercamos al corazón del Meeting a través de una entrevista a una voluntaria que explica la exposición sobre la plaza de la catedral de Florencia.

¿Por qué ese título?
El nombre de la exposición se refiere al título de la última obra literaria de Mario Luzi, que es el mismo poeta de quien se ha tomado el lema del Meeting de este año. Nos parecía que a la pregunta “¿De qué es ausencia esta ausencia, corazón, que de repente te llena?”, que alude a esa nostalgia que uno encuentra dentro de sí, Luzi ofrece una respuesta en su obra teatral Opus Florentinum. En ella imagina cómo la ciudad de Florencia se mueve de un lado para otro para construir la catedral. Porque la creación artística proviene siempre de una nostalgia, y es el artista quien consigue dar a ésta un nombre, no con palabras, sino de una forma más bella aún. Una obra de arte es el concretarse de una herida que uno siente; herida que le lleva a imaginar e incluso a dar forma a la misma expresándola a través del arte mejor que de cualquier otra vía.

Eres historiadora del arte. ¿Qué te gusta más de esta exposición?
Mirando la obra de arte tú puedes ver el gesto de un hombre, el artista, al que puedes conocer y que ha desafiado al tiempo mediante la expresión de esta nostalgia. La obra de arte nace de uno que ha encontrado una respuesta a esta nostalgia y que la ha mirado a la cara. Algo que me maravillla de estudiar arte medieval (mi especialidad) es que éste tiene una pretensión: hacer ver al hombre lidiando con la realidad. Ya sea el momento en que un hombre se encuentra al final de su vida teniendo que pagar el precio del propio mal -como se muestra en el mosaico que representa el momento del juicio universal-, o cuando un hombre vuelve al abrazo del Padre –como se refleja en el cuadro de la Virgen de la misericordia. O bien, mientras un hombre trabaja -como muestran las figuras de las cornisas. Lo que se enseña en el mosaico es la relación del hombre con la realidad en diversos aspectos, y eso comunica una simpatía del hombre hacia el universo, puesto que se daban cuenta de modo lúcido de que el universo era el signo de un amor eterno; y entonces le hacían un monumento para hacer ver a todos que esto existe.

Desde el punto de vista artístico, la elección más extraña de la muestra es hacer ver a todos el baptisterio antes que nada. ¿Por qué?
El baptisterio de la plaza es un monumento que tiene dentro de sí todas las formas artísticas, salvo la clásica: la pintura. Estamos habituados a pensar que la pintura es lo que más comunica (enseguida pensamos en Giotto o cualquier otro de los grandes); sin embargo, nos cuesta mucho más recordar a los escultores. El mosaico, la escultura tanto de piedra como de bronce y la arquitectura son los protagonistas del baptisterio. De hecho, la arquitectura en este caso no es un mero contenedor de las otras formas: tiene un lenguaje en sí mismo. No un lenguaje verbal o visual, pues lo que más se ve son símbolos: lo que hace es invitar a quien mira el baptisterio a ver el hecho de que la realidad es simbólica.

“Dios toma aquello que debe morir y lo hace vivir para siempre”
Lo nuevo que hace esta exposición respecto a toda la crítica de arte precedente es intentar dar significado a todos los monumentos, pues estos están unidos por un significado: el trabajo de Dios y el trabajo del hombre, que son el uno imagen del otro. Así, el baptisterio es símbolo del amor de Dios por el ser humano: coge algo que debería morir -que es el hombre-, y lo hace vivir para siempre en el bautismo. De hecho, el baptisterio es octagonal porque simboliza el octavo día, el domingo de resurrección, que viene después del sábado hebraico (porque la semana entonces empezaba y terminaba con el sábado). Cristo resucita en domingo, añadiendo así un trozo al tiempo. Y desde ese momento estás destinado a no morir nunca. El primer punto en que esto se ha hecho presente es la Virgen: ella es la humilde sierva que se convierte en reina del cielo y que es el trono de Cristo. Una mujer que es como la Iglesia: algo humano que da a luz a Jesús. Nosotros, cristianos, somos lo mismo: algo humano que da a luz a Jesús en la historia.

La figura de la Virgen es, de hecho, uno de los puntos más resaltados en la exposición.
Así es. La catedral está construida toda con la figura de María, cuya vida se representa en la fachada. Dentro, en cambio, se la muestra como reina del cielo. La catedral por fuera es de mármol y está pintada, aludiendo a María como esposa de Cristo; por dentro, sin embargo, está oscuro, imitando el útero de la Virgen, dentro del cual lo único que se ve es el crucifijo. La exposición termina con la Virgen de la misericordia, que aparece vestida de obispo en representación de la iglesia y las obras de caridad porque el vestido con que la Iglesia se muestra al mundo es la caridad, que contrasta con la generosidad pagana. Es muy distinto hacer un gesto caritativo para que todo el mundo me lo reconozca que lo que hace el verdadero cristiano: por amor al destino del otro y con la conciencia de que ese gesto me construye a mí. Esto es: yo no desaparezco en el gesto que realizo, sino que soy exaltado.

También señaláis la puerta de Ghiberti durante las visitas guiadas.
Para realizar la puerta de Lorenzo Ghiberti se hace una inversión económica sin precedentes -22.000 florines, frente a los 3.000 que se emplearon para la Maestà de Duccio-; y esto me hace sonreír, porque de una catedral lo último de lo que uno se acuerda es de las puertas. Ésta se hizo así por dos motivos: el primero, que Florencia decide hacer grandes puertas porque quiere ser la nueva Roma de la historia (hasta ese momento Roma había sido la campeona en la técnica de fusión del bronce utilizada para hacer las puertas); el segundo: todo lo que se comunica a través de las escenas ilustrativas de las puertas de la plaza es que todos necesitamos una puerta. Los santos necesitan una puerta para conocer a Cristo; la Virgen, también; asimismo, el trabajo es la puerta por la que Dios, a través del hombre, construye el mundo.

“Si algo me mueve, significa que lo estoy mirando”.
Lo que me llama la atención es que se puede hacer este trabajo –explicar la exposición- desde el punto de vista técnico, únicamente, si se quiere. Pero hay un plano más real que ése, y es que a mí me suceda algo. Porque la gran riqueza del arte, para mí, es que me hace hacer memoria de lo que me sucede. Estoy segura de que el arquitecto esperó que alguien leyera su belleza como la estamos leyendo nosotros. Es decir, seguro que tenía la esperanza de que lo que en su tiempo no se entendía, otros más adelante lo harían... Y aun así, el 95% de nosotros no lo entendemos; es ésta la grandeza del arte: el hecho de saber que no es algo muerto, sino que vive. Una obra de arte siempre se completa cuando alguien la mira. Porque el artista te ofrece un gesto, pero lo que cumple este gesto es que haya alguien que lo mira y se deja penetrar por él. Cuando se explica una exposición pasa lo mismo: si salgo igual tras haberla explicado a los visitantes, es que no ha sucedido nada en mí (quizás he estado más preocupada por lo que decir). En cambio, cuando algo me mueve, significa que lo estoy mirando.

¿Estos días ha sucedido algo en ti?
Es mirando como uno puede conocer. De hecho, esta semana yo miraba la pregunta del lema del Meeting imaginándome a Dios saliendo del cielo y diciéndote: “Te falto yo”. En cambio, gracias a este diálogo con la realidad, por el encuentro del lema pude entender mejor la exposición. Mauro Lepori dice que “No sólo Dios te dice ‘te falto yo’, sino ‘Sígueme’: te invita a una vida con Él”. La catedral y la Iglesia son esto; esto es la exposición también: una ciudad que trabajó durante siglos en una obra entera. No habrían hecho esto, ni invertido tanto dinero, si no hubiese sido para decir al hombre: “Es posible vivir con Dios”. Me ha conmovido el hecho de que suceden cosas dentro del Meeting, y que estas cosas que suceden te ayudan a mirar: a mirar, también, lo que hemos hecho para el Meeting. Se entiende mejor el hecho de que estamos sirviendo a una cosa. Todo lo que sucede sirve para una unidad y para el camino personal de uno.

Otras noticias

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página