Va al contenido

NOTICIAS

La irrupción de la voluntad de Dios en la historia: la llamada de Abrahán

María Serrano
23/08/2015

"El yo, como lo conocemos hoy, ¿de dónde nace? ¡De Abrahán!", dice Luigi Giussani. ¿Pero cómo es posible que el yo, que la constitución de la naturaleza humana, haya estado en las manos de un pastor nómada, de un mesopotámico analfabeto de la tribu de los amorreos, de un politeísta? ¿Cómo Dios toma la iniciativa y pone en manos de este único hombre el destino de su pueblo? A estas preguntas han tratado de responder tanto el biblista Ignacio Carbajosa como el arqueólogo Giorgio Buccellati. Ambos han plasmado los frutos de sus investigaciones y reflexiones en una impresionante exposición que se ha convertido en uno de los reclamos fundamentales de la 36ª edición del Meeting de Rímini: "Abrahán. El nacimiento del yo".

En la presentación de la exposición, Buccellati, profesor de Historia y Arqueología del Antiguo Oriente Próximo en la Universidad de California en Los Ángeles, trató en un primer momento de responder a la pregunta sobre la historicidad de la figura de Abrahán. Para ello, y especificando en todo momento la complejidad de los datos y su fragmentación, trató de situar al patriarca en el tiempo y el espacio: "La antigua Mesopotamia se ubica en un valle rodeado por cuatro ríos, flanqueado por el Tigris y el Eúfrates", algo en lo que se profundiza al visitar la muestra. En este valle vivió una tribu, la de los amorreos -a la que perteneció Abrahán-, entre el 2300 y el 1800 a.C: con la aparición de las ciudades-estado, los hombres habían perdido su vínculo con la naturaleza, pasando a ser valorados únicamente por la función que desempeñaban dentro de la polis. Este proceso de funcionalización humana se vio agravado por la abstracción que conlleva la aparición de la escritura, en la que el contacto directo ya no es importante. En este contexto nacen las tribus, que se alejan del valle y pueblan la estepa mesopotámica.

Una figura creíble
"Los amorreos son inmigrantes nómadas que no tratan de cultivar la tierra, sino que viven de la ganadería. Salen de Ur hacia Jarán y Urkes, y este es el recorrido que Abrahán hizo con su padre", continuó Buccellati. Otras coincidencias históricas que se describen en la exposición aluden a la etimología de los nombres (Benjamín, Binyamîn en hebreo, significa "hijo de la diestra": alude a haber nacido a la derecha del Eúfrates), al relato de la Torre de Babel... "Estas coincidencias no proceden de un artificio literario, sino de una memoria épica: es un relato extraído de la memoria oral. Aunque muchos datos son hipotéticos y no hay referencias en los textos cuneiformes, tampoco hay un proceso de leyenda: entonces como hoy era una figura sencilla, circunscrita, modesta. El mensaje bíblico posterior es coherente en este punto. Por todo ello, podemos hablar de su existencia histórica como más que plausible. Es una figura histórica frágil y pobre, pero creíble".

La religiosidad de Abrahán se centra en su relación personal con su dios, que luego será el de sus descendientes, porque los amorreos eran politeístas: cada persona tenía un dios o una diosa personal, pero sin nombre. No existía un 'tú' al que pudieran dirigirse. "Pero con Abrahán, renuncian a este dios personal y reconocen al del patriarca de la tribu, en una forma de protomonoteísmo", destacó el arqueólogo. En la exposición se ahonda en la importancia de este carácter politeísta: el hombre antiguo creía que el fatum nunca se iba a comunicar con él, y por ello acudía a la superstición para prever su destino en una apropiación racionalista del futuro. Sin embargo, con la llamada de Abrahán la voluntad de Dios irrumpe en la historia.

El primero que ha llamado "Tú" al Destino
"Es Dios quien toma la iniciativa; es el primer movimiento histórico del Misterio, que reclama a un nómada, que le encarga la tarea de regenerar el yo", explicó Ignacio Carbajosa, profesor de Antiguo Testamento en la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso de Madrid. ¿Pero cómo un acontecimiento histórico puede marcar la naturaleza humana? Contesta Carbajosa: "Lo divino, entrando en la historia, cambia lo humano". Responde también Giussani en leves pero grandiosos mensajes a lo largo de la exposición: "Solo un acontecimiento, no un análisis, no un razonamiento, puede fundar el yo". El Destino ya no es un ente opaco que hay que intentar traducir, sino que Dios se comunica con el hombre, y lo hace comunicándole su voluntad, encargándole una tarea: "El Señor dijo a Abrahán: Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra" (Gen 12, 1-3).

Carbajosa también quiso delinear los factores característicos de este nuevo yo que rompe los esquemas mesopotámicos: es un yo en relación, un yo "que se constituye por una llamada, de forma que si alguien le preguntara a Abrahán quién era, habría dicho: 'Yo soy tuyo, yo soy de ti'"; es un yo que tiene una responsabilidad, un trabajo, un objetivo, "y por ello nada es inútil, sino que todo está salvado porque el único trabajo del hombre es responder a Dios"; es un yo protagonista del tiempo y de la historia, que ya no puede concebirse como cíclica, pues hay una novedad: "hay una promesa y una serie de acontecimientos que verifican esa promesa a lo largo del tiempo"; y, por último, es un yo que se concibe dentro de un pueblo. En ese sentido, Cristo es el verdadero descendiente de Abrahán: en él convergen todos los factores del yo.

El método de Dios con Abrahán es el mismo que hoy: Dios nos llama, nos hace una promesa, pero no nos dice: "Yo soy Dios", sino "Sígueme". "Cuando el hombre empieza a perderse, cuando caen las evidencias, corremos el riesgo de censurar nuestro deseo en lugar de atraer la iniciativa de Dios sobre nosotros. Pero dar nuestro sí al Dios que nos llama es la aportación más grande que podemos hacer al mundo", ha concluido Ignacio Carbajosa. Aunque, sin duda, la mejor forma de entender este camino es visitar la exposición situada en una de las plazas del Meeting de Rímini.

Otras noticias

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página