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La abstracción priva a la carne de Dios

Maria Luisa Minelli
22/04/2013
Giovanni Testori.
Giovanni Testori.

«Nosotros no calculamos cuánta destrucción, cuántas muertes, cuántos delitos, cuántos asesinatos se cometen mediante la abstracción». Giovanni Testori, en diálogo con Luigi Giussani, hacía esta lectura de la reducción obrada por el hombre moderno en su relación con la realidad. Este ha sido el tema del congreso titulado «Giovanni Testori. El sentido del nacimiento. Un legado», celebrado el pasado 11 de abril en el Centro Cultural de Milán y organizado dentro de un programa de iniciativas realizadas con motivo del vigésimo aniversario de la muerte del autor.

¿Pero qué es, en el fondo, esta abstracción? Y sobre todo, ¿cómo fue la lucha que Testori mantuvo contra ella? El primero en tomar la palabra fue Luca Manes, joven poeta y estudiante en la Universidad Estatal de Milán que, al presentar el encuentro, volvió a proponer las palabras del escritor lombardo: «La abstracción deriva del “intento de reducir el grumo inicial (…). Ese grumo que para liberarnos de él lo hemos glorificado y exaltado como un grumo de materia y basta, tratando – sin conseguirlo – de privarlo de la presencia ineliminable de Dios, del Eterno, del Total”». Aquí radica por tanto el secuestro de la sociedad moderna según la visión testoriana: el intento de eliminar a Dios. El «grumo sin Dios es no-grumo, no-vida, no-hombre», por lo que hemos llegado a una cultura abstracta, que «dice que se ocupa del hombre, pero que en realidad procede contra el hombre y contra sí misma».

Entre los ponentes estaba también Fulvio Panzeri, editor de las Obras de Testori: «Antes de su conversión, Testori consideraba el nacimiento como una maldición, porque el hombre carece de instrumentos para entender por qué ha nacido». Todo cambia tras la muerte de su madre, cuando escribe el monólogo teatral Conversaciones con la muerte. A través de un gran dolor llega a un reconocimiento y, en la relación con Cristo, el nacimiento asume otro significado, se convierte en vínculo y relación, punto de partida de todo. Panzeri habla de esta relación no como una dimensión abstracta, ni siquiera teológica. Para Testori, Cristo sale al encuentro en lo cotidiano, en toda la realidad, pasando incluso a través del pecado y el error.

He ahí el motivo del escándalo que acompañó la producción del autor milanés. Según Laura Peja, profesora de Disciplina del Espectáculo en la Universidad Católica de Milán, «el teatro no es abstracción, es palabra que se hace cuerpo y voz, carne y sangre». Y por eso es uno de los ambientes privilegiados para la expresión artística de Testori y lugar de la búsqueda incansable del «sentido del nacimiento» (expresión que da título a uno de los libros de Testori, de próxima publicación en español por Ediciones Encuentro). Porque sólo penetrando en la realidad, en su fisicidad, es posible descubrir el sentido del ser.

En esta línea intervino también la crítica de arte Elena Pontiggia, citando un comentario del escritor sobre el pintor futurista Boccioni: «Lo que muestra del futuro no es la gloria, sino una cierta precariedad. (…) La historia es un edificio que se desmorona, sin embargo en nosotros persiste una indecible armonía». Y añadió: «Llamar a la armonía con el nombre de la Providencia implica una aceptación de los propios desastres». A continuación intervino Vittorio Sgarbi: «El arte que le gusta a Testori es “comprometido”, un arte donde el hombre es protagonista con todo su sufrimiento, su dolor y su malestar».

¿Cómo puede el arte y la expresión de lo humano ser “comprometido” y descender al cuerpo de la vida? Davide Rondoni fue el encargado de intentar responder: «Su grandeza está en haber tomado su propia época y llevarla adonde no quería estar: a la cruz», y añadió: «Testori tenía un problema que no se afrontó en su tiempo: la relación entre corpóreo y sagrado, o bien la salvación del cuerpo».

¿Cuál es por tanto el legado que nos ha dejado Testori? Quizá el modo más verdadero de hacer frente a la abstracción y a la ceguera de la cultura moderna, que ha separado nuestro origen y nuestro ser de la presencia de Dios. Una constante recuperación y un continuo retorno a la razón y al sentido de nuestro nacimiento, y por tanto de nuestro vínculo de filiación con Dios.

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Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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