Va al contenido

NOTICIAS

El oro y la fe en Georgia, a las puertas de Europa

Alessandro Zaccuri
20/08/2016

Se le llama "el Constructor", así como en otras naciones se habla del "Sabio" o del "Conquistador". David IV reinó en Georgia entre 1089 y 1125. Su principal trabajo, el complejo monástico de Ghelati, había de ser otra Jerusalén; y, junto a ésta, la pequeña Atenas de esta nación que, como sintetiza el constitucionalista Andrea Simoncini, es europea por cultura y asiática por su situación geográfica. Es la tierra que el Papa Francisco visitará entre finales de septiembre y los primeros días de octubre, pero cuando la noticia de dicho viaje apostólico fue difundida en el Meeting ya se estaba trabajando en la preparación de "Georgia, país de oro y fe", exposición presentada en un encuentro durante el que, como suele suceder en el evento riminés, arqueología y actualidad se cruzan sin cesar. Estamos en una de las aparentes periferias de la Historia; sin embargo, Georgia es un formidable cruce de tradiciones. Hasta la antigüedad era conocida por sus riquezas y por la habilidad de sus artesanos (¿recuerdan el mito de los Argonautas? La Cólquida, hacia la que se dirige Jasón para conquistar el vellocino de oro, estaba en esta zona). La conversión al cristianismo tiene lugar en el año 337, pero la iglesia local no se adhirió nunca a la intolerancia hacia las imágenes, característica de la espiritualidad bizantina. El patrimonio arquitectónico e iconográfico es amplísimo y sorprendente, como admite el historiador del arte Marco Rossi, que con sus estudiantes de la Universidad Católica de Milán ha colaborado en la realización de la exposición.

La ideación del recorrido expositivo es de Marilyn Kelly-Buccellati, presencia bien conocida en el Meeting debido a las numerosas iniciativas propuestas a lo largo de los años con su marido Giorgio Buccellati, que es, como ella, un reconocido estudioso de la antigüedad mesopotámica. A Georgia la profesora Kelly-Buccellati llegó siguiendo el curso de sus propios intereses, descubriendo un país cuya fuerte cohesión social se basa, aún hoy, en la fe cristiana. Allí no encuentras únicamente la obra incansable del rey constructor; no están solo las preciosas filigranas de oro cuya textura permanece irreconocible en estrellas y miniaturas… Una imagen entre las demás capta la atención: se trata del bajorrelieve en el que los arcángeles Miguel y Gabriel depositan, para que asciendan al cielo, las letras del alfabeto georgiano, en un gesto de ofrecimiento que subraya la dimensión vertical de esta experiencia artística. No menos significativa es la costumbre -cuyas huellas son todavía evidentes en mucho edificios religiosos- de plantar una cruz en la cima de un monte, convirtiendo a ese Gólgota en el corazón de la iglesia futura.

Marilyn Kelly-Buccellati y Marco Rossi compiten a la hora de indicar detalles e interpretar la presencia de la figura de María en contextos que podrían parecer inesperados. Después la palabra pasa al paleoantropólogo David Lordkipanidze, director del departamento nacional de los museos georgianos: «Estamos intentando superar la concepción que heredamos del sistema soviético para hacer eficaz el diálogo entre el arte y la investigación científica. Nuestro país tiene un pasado glorioso, pero ahora debe mirar al futuro. Y, mientras llamamos a las puertas de Europa, no podemos olvidar que Georgia pertenece a ésta desde siempre».

Otras noticias

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página