El problema no es la comunidad, no es el CLU, sino que soy “yo”. No necesitamos algo que cambie mis acciones, sino algo que cambie mi persona. Lo que está en cuestión es la vocación de mi vida: una identidad consciente y estable. Y el método estable para vivir es la unidad de uno mismo y la unidad con los demás. La unidad de nosotros mismos la encontramos en la unidad con Cristo. La identidad estable y consciente está en mi relación con Cristo. En efecto, «donde no hay templo no existen moradas». Esto quiere decir que encontrar la unidad de uno mismo coincide con la maduración de la unidad con Cristo; y la unidad con los demás es una consecuencia de esto, pura consecuencia de esto.
Pero la unidad con Cristo está condicionada por la modalidad con la que esta Presencia se hace sensible, es decir, por el cuerpo en el que se revela, es decir, la vida de la comunidad en cuanto que realiza el misterio de Cristo.
Por tanto, seguir a la comunidad es el método mediante el cual se incrementa la relación con Cristo, y con ello la propia identidad y la unidad con los demás. Todos los días tenemos que recordarnos unos a otros, con esa autoridad moral que se encuentra en el pedir perdón, el Hecho que habita entre nosotros y que fundamenta nuestra unidad.
Esto tiene dos implicaciones prácticas: en primer lugar, la autoridad moral, que se concreta en la función de la autoridad; en segundo lugar, el valor de las iniciativas de la comunidad en cuanto tal, por lo tanto, la Escuela de comunidad.
De ahí viene un método nuevo para afrontar la realidad, que se caracteriza por tres factores: a) se parte de una identidad consciente; b) se entra en la realidad, se interviene provocando una reacción, lo cual implica juicio y praxis nueva; c) el método del juicio parte de la unidad de mí y por eso crea y obra.
En cualquier cosa, por tanto, hace falta salvar la propia pertenencia a la comunidad. Para el intelectual el problema principal es la interpretación; para el sabio es, en cambio, salvar la pertenencia al pueblo.
Esta identidad nueva crea un sujeto nuevo que actúa en el mundo. No por las iniciativas que llevamos a cabo, sino por lo que somos. Tú agregas si eres.
Luigi Giussani, Dall’utopia alla presenza, BUR Rizzoli, p. 9
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