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Libertad, no mecanismos

Dania Tondini
05/07/2016

Mientras en Bruselas el nivel de agitación es (comprensiblemente) muy alto por las consecuencias del referéndum británico, en el Parlamento Europeo se ha abierto estos días la exposición de la Fundación AVSI titulada "Generar belleza. Nuevos inicios en las periferias del mundo". Pero, ¿qué tiene que ver la belleza con el Brexit?

Se acusa a menudo a las instituciones europeas de estar lejos de la realidad, de la concreción cotidiana de la gente, de cerrarse en su propio círculo vicioso de burocracia impermeable y autorreferencial. Llevar al corazón del "sistema" experiencias concretas sobre el terreno, "buenas prácticas", ejemplos positivos que las instituciones puedan mirar, apoyar, "imitar", es la contribución más constructiva que una organización como AVSI, arraigada sobre el terreno en los países en vías de desarrollo, puede ofrecer ahora.

La exposición muestra tres realidades a modo de ejemplo de la actividad de AVSI en Kenia, Ecuador y Brasil en tres sectores cruciales de la cooperación al desarrollo: la educación, la lucha contra la desnutrición y el llamado "women empowerment". Realidades donde AVSI acompaña a las personas en el camino de la vida, generando frutos duraderos, dando prioridad a las relaciones, a la libertad, a la infinita dignidad de cada uno. El director que pone un espejo a la entrada de la escuela rural para que las mamás y los niños puedan verse reflejados y reconocer su unicidad, la abuela (¡de 55 años!) que aprende a leer y escribir, los niños que al recuperar su nutrición recuperan también el afecto familiar...

Parece muy poco, casi nada, pero bien mirado todos los grandes procesos de la historia se desataron a partir de pequeñas "semillas". Pero cuando se habla de políticas, estrategias, programas, resultados, se toman otros caminos, con el riesgo de acabar financiando algo que no es eficaz, midiendo algo que no es decisivo.

Muchas veces, cuando en Bruselas se habla de la dignidad de la persona o de apoyar el crecimiento del sujeto para un desarrollo verdaderamente sostenible, da la sensación de oír hermosas palabras pero luego el discurso se orienta hacia los procedimientos, mecanismos, etc. Como si la técnica fuera neutra, como si elegir un mecanismo de financiación u otro no dependiera de aquello a lo que se quiere dar valor.

La receta vencedora para el desarrollo nadie la tiene, pero hay experiencias positivas en acto que las instituciones deben mirar más y mejor. También Schuman, al inicio de la primera comunidad europea, invitaba a "realizaciones concretas, creadoras ante todo de una solidaridad en acto". Los casi 45 años de experiencia de AVSI por todo el mundo documentan que el único "sistema" que puede funcionar es el encuentro.

Cualquier intento de generar progreso, hasta el propósito más elevado de igualdad, sin esto fracasa. Como dijo hace unos días el Papa Francisco, en su discurso del 13 de junio al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, «las estadísticas no sacian. No basta elaborar largas reflexiones o sumergirnos en interminables discusiones sobre las mismas, repitiendo incesantemente tópicos ya por todos conocidos. (...) Cuando faltan los rostros y las historias, las vidas comienzan a convertirse en cifras, y así paulatinamente corremos el riesgo de burocratizar el dolor ajeno. (...) Esto nos exige una intervención a distintas escalas y niveles donde sea colocado como objetivo de nuestros esfuerzos la persona concreta que sufre y tiene hambre, pero que también encierra un inmenso caudal de energías y potencialidades que debemos ayudar a concretar».

Historias reales, vidas cambiadas radicalmente, nuevos protagonistas en sus comunidades, testimonian que el verdadero desarrollo humano nace de una mirada humana verdadera, de persona a persona, generando en el mundo una belleza "contagiosa".

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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