El Gobierno de Estados Unidos ha concedido un premio a la cooperante ugandesa Ketty Opoka por su lucha contra la epidemia de SIDA/VIH en Uganda y por su contribución para generar una generación ugandesa liberada por fin de este virus.
El reconocimiento lleva la denominación de “Hero” (“Héroe”), y lo concede por méritos especiales el PEPFAR, el programa de emergencia norteamericano de apoyo a los enfermos de SIDA. Según este organismo, el trabajo de Ketty en los distritos ugandeses de Kitgum, Lamwo y Pader ha mejorada sensiblemente la calidad de vida de las personas afectadas por el virus del VIH y ha contribuido eficazmente a combatir el estigma de esta enfermedad.
Ketty Opoka vive en la localidad de Kitgum, al norte de Uganda, es madre de seis hijos y tiene a su cargo a otros nueve, huérfanos a causa del virus del SIDA. Profesora de profesión, decidió dejar su trabajo para fundar la primera organización activa en la atención a personas enfermas de VIH y SIDA – y a sus huérfanos – en el distrito fronterizo con Sudán del Sur.
Desde 1994, Ketty es coordinadora de la sede situada en Kitgum de la ONG ugandesa Meeting Point, aunque su compromiso dio comienzo cuatro años antes, después de la muerte de una de sus mejores amigas a causa de esta enfermedad. Ketty decidió entonces que se dedicaría a jornada completa a su comunidad, que al principio de los años noventa sufría duramente el golpe de esta brutal epidemia.
Al empezar su actividad, Ketty y su pequeño grupo de colaboradores trabajaban como voluntarios para garantizar apoyo psicológico a las personas afectadas por el virus. En pocos años, su compromiso se incrementó y actualmente el Meeting Point trabaja con excelentes resultados con más de cuatro mil personas de los distritos de Kitgum, Lamwo y Pader.
La trayectoria de esta ONG ha sido dura y compleja, dificultada a menudo por la escasez de los recursos fundamentales para una organización humanitaria. Sin medios de transporte a su disposición, Ketty recorría decenas de kilómetros al día en bicicleta para atender a sus pacientes. Además, la primera sede de la ONG, construida gracias a un pequeño préstamo obtenido por el Fondo de Acción Social del Norte de Uganda, estaba situada en una zona de alto riesgo de inundación y se hacía inaccesible cada vez que llovía.
Actualmente, Ketty y su equipo trabajan en un nuevo despacho, en una localización más segura, donde los enfermos pueden desarrollar con tranquilidad sus actividades de orientación laboral y recibir servicios de consulta para hacer frente a su enfermedad.
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