«El hombre sigue siendo un misterio, irreductible a cualquier imagen que de él se forme en la sociedad y que el poder mundano trate de imponer. Misterio de libertad y de gracia, de pobreza y de grandeza. […] Esta es por tanto la emergencia-hombre que el Meeting por la amistad entre los pueblos pone este año en el centro de su reflexión: la urgencia de restituir al hombre a sí mismo, a su más alta dignidad, a la unicidad y preciosidad de toda existencia humana».
El mensaje del Papa Francisco nos ha acompañado a lo largo de toda la semana como juicio sobre la dramática situación del hombre contemporáneo: «pobres de amor, sedientos de verdad y justicia, mendigos de Dios, como sabiamente el siervo de Dios Mons. Luigi Giussani siempre destacó»; y como indicación del camino a seguir: «restituir al hombre a sí mismo, a su más alta dignidad, a la unicidad y preciosidad de toda existencia humana desde su concepción hasta su término natural. Hay que volver a tomar en consideración la sacralidad del hombre y al mismo tiempo decir con fuerza que es sólo en la relación con Dios, es decir, en el descubrimiento y en la adhesión a la propia vocación, donde el hombre puede alcanzar su verdadera estatura».
«Pienso en los jóvenes que llenan este gran recinto de Rímini y deseo que presten la contribución que todos esperamos de las generaciones más jóvenes para dar paso a una nueva fase de desarrollo en todos los sentidos para Italia y para Europa», dijo el presidente, Napolitano, en el videomensaje de inauguración del Meeting. Y concluía: «Yo creo que la emergencia que estamos viviendo […] es una grave, grave forma de empobrecimiento espiritual, cultural, de motivaciones humanas, de motivaciones no ligadas sólo al inmediato interés material. ¿Quién puede reaccionar ante eso? Puede reaccionar la cultura, pueden reaccionar ciertamente las instituciones mucho más de lo que lo hacen. Pueden reaccionar los sistemas educativos, puede reaccionar mucho más de lo que lo está haciendo el sistema de información, y pueden contribuir mucho las grandes organizaciones sociales, incluidas las inspiradas por una fe religiosa. En este sentido, la contribución que viene al más alto nivel de la Iglesia católica es una contribución que sólo los ciegos pueden no ver».
Muchas de las personas que han venido al Meeting se han sorprendido de la seriedad de los contenidos propuestos en los 100 encuentros, las 5 exposiciones principales, las 7 pequeñas, y también en los 23 espectáculos; de la atención de miles de personas que no han venido a Rimini como rito de fin del verano, sino para buscar una respuesta a la urgencia de vivir, y a la pregunta: ¿cómo vivir?
Estos días han supuesto una ocasión de «encontrarse con todos, sin esperar que sean los demás quienes nos busquen». La miríada de encuentros públicos y personales han hecho ver que el Meeting no tiene miedo del otro, ni tampoco de la diversidad, sea ésta la que sea – religiosa, étnica, cultural, ideológica – , y que se mueve para dar con todo aquello que sea un bien por sí mismo. Lo documentan las 800.000 personas que han estado en la Feria en los encuentros, las exposiciones y los espectáculos; visitantes, relatores e invitados han vivido el Meeting como si estuviesen en su propia casa, en un clima de respeto real hacia cada uno, y no de esa genérica y abstracta tolerancia que hace que haya una indiferencia de unos hacia otros.
«Quien lo conoce, lo frecuenta», dijo un ponente; y otro comentó: «Aquí he tenido una experiencia nueva: no quedarse en las dificultades políticas y económicas, sino salir del búnker, abrir las ventanas de par en par para ver la realidad que nos mueve».
Al principio del Meeting, el periódico italiano Corriere della Sera recordó las palabras de Julián Carrón de mayo de 2012 acerca de la alternativa entre la vida como testimonio o la vida como búsqueda de la hegemonía, invitando a seguir la semana riminesa porque «la frágil sociedad italiana necesita sujetos que la ayuden a recuperar los propios valores y a volver a empezar».
Las personas que han participado en el Meeting pueden juzgar si la experiencia que han encontrado en Rimini ha estado a la altura de este desafío del testimonio.
El testimonio que nos ofrecen todos los cristianos del mundo que son perseguidos y asesinados por causa de su fe nos ha hecho acoger el grito del Papa Francisco y lanzar un “Llamamiento por los cristianos perseguidos”, que estos días ha conseguido reunir decenas de miles de firmas – el primero en firmar fue el presidente del Consejo italiano, Enrico Letta – y que se presentará ante el Consejo de la Unión Europea.
Al término del Meeting, cada uno vuelve a su país (han pasado 70 nacionalidades distintas) y a su ciudad con una conciencia mayor de la emergencia del hombre y con el deseo de ofrecer nuestra experiencia, siempre lista para ser corregida, seguros de que el camino para volver a empezar a todos los niveles se encuentra sólo en «un evento real en la vida del hombre» (don Giussani).
Queremos seguir encontrándonos con aquéllos que, conscientes de que «hasta que no llevemos a Jesús a los hombres, habremos hecho muy poco por ellos» y que «el hombre es el camino de la Iglesia».
Por eso, el título del XXXV Meeting para la amistad entre los pueblos, que tendrá lugar en Rimini del 24 al 30 de agosto de 2014, es: “Hacia las periferias del mundo y de la existencia. El destino no ha dejado solo al hombre”.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón