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¿A quién esperamos?

Banco de Solidaridad - Bilbao

A través del Banco de Solidaridad hemos conocido en Bilbao a unos músicos búlgaros. Tocan en la calle, cada uno va con su carrito y su instrumento y normalmente tocan solos, cada uno su instrumento. Uno de de ellos, después de un tiempo recibiendo la caja de comida, nos pidió ser voluntario y ahora él y su mujer llevan la caja a otra familia. Un día, después de hacer las cajas, le propuse que hiciéramos un concierto para el BdS. Me dijo que hablaría con sus amigos músicos. Entonces organizamos un concierto en la calle para recaudar fondos. Un amigo nos dejó un local para que pudiésemos ensayar. El día del concierto preparamos el local para celebrar una cena con ellos después del concierto. Viendo a cada uno de nosotros preparar la mesa me sorprendí preguntándome: ¿a quién esperamos? Cada uno aportó lo que pudo: tortilla de patatas, empanada, queso, salchichón, bebidas...
Fuimos juntos a misa y después al concierto. No paraba de llover y en Bilbao había una multitudinaria marcha a favor de los presos. Era un contraste enorme, porque mientras todas las calles de Bilbao estaban llenas de gente armando jaleo en pro de la liberación de los presos, nosotros intentábamos llegara a la plaza nueva para el concierto. Parecía una locura, ¿qué estábamos esperando?
Lo que sucedió fue increíble. Allí estábamos, unos seis músicos y los voluntarios del BdS, seis personas y empezaron a tocar. Al principio, una canción que parecía que estaban afinando los instrumentos, después se fueron metiendo en faena a medida que tocaban, y empezaron a moverse y a combinar los instrumentos, a cantar. La gente empezó a pararse y todos nosotros en acción. No hubo que decirle a nadie lo que tenía que hacer. Uno hacía fotos, otro repartía panfletos, otro charlaba con la gente... Empecé a disfrutar sólo de mirar lo que sucedía, miraba cómo cada uno tenía un lugar, había espacio para todos. Cada uno era él mismo y se veía un gusto en el modo de estar juntos, tanto los músicos entre ellos (nunca antes habían tocado juntos) como nosotros. Era sencillo.
Después del concierto, les dijimos que el dinero se lo regalábamos a los músicos porque nos dimos cuenta de que lo necesitaban y para nosotros ya había sido increíble tener la ocasión de contarle a la gente lo que es el BdS. Después del concierto nos fuimos a cenar con ellos, y en la cena se pasaron todo el rato levantándose para tocar. Era bonito verles cómo se expresaban, me daba cuenta de que cada gesto es expresión de lo que uno busca, ama, desea. Y cada uno de nosotros estaba tranquilamente como en casa. No lo podíamos haber calculado pero había espacio para cada uno. Me tocó enormemente ver este modo de estar juntos sin pretensiones, ver que existe un lugar como el BdS donde hay sitio para todo el mundo. Por eso me surgía la pregunta: pero ¿quién eres Tú que nos alcanzas de esta forma? Era tan concreta y real su Presencia que yo sólo participaba, miraba. Se dio una correspondencia tal que me llenó de alegría. Volvíamos en el metro, con el mantel, las fiambreras, el paraguas y sólo podía sorprenderme de cómo crecía mi afecto por los voluntarios gracias a que Él se hace presente y me enseña a mirarlo todo. En el fondo de esta alegría había una conmoción llena de silencio.
Carmen Velasco

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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