Mientras en el Senado se vota la confianza al gobierno Monti, a dos pasos, en la muy céntrica plaza Capranica, ochocientas personas participan en el encuentro con Julián Carrón, Giorgio Israel y Antonio Polito. Un encuentro sobre cómo salir de la crisis. El tema no es la crisis, sino la hipótesis de respuesta que CL ha propuesto las semanas anteriores con el manifiesto "La crisis, un desafío para cambiar". El diálogo es animado desde el primer momento: la realidad como "dato" y la realidad como algo "positivo", el conocimiento y la educación, el estatalismo y la tecnocracia son los temas que están sobre la mesa. La atmósfera entre los ponentes es decididamente cordial, el auditorio está atento.
Crisis económica, desafío educativo - "La crisis es un dato. Una afirmación sencilla pero revolucionaria". Habla Polito, periodista del Corriere della Sera, analista político con una breve experiencia parlamentaria. Es necesario conocer para cambiar, y tal vez no hemos entendido todavía la responsabilidad personal de cada uno en la crisis. En sentido negativo, pero también en sentido positivo, no hemos captado los comportamientos virtuosos desde los cuales algo puede cambiar. "Desde ese imprevisible instante en el que un hombre genera novedad...": para él este es el pasaje más desconcertante, está inevitablemente vinculado a la necesaria educación del individuo y del pueblo. Sobre esto es sobre lo que "tenéis, tenéis, tenéis", que impulsar el debate público.
Crisis económica, desafío moral- Matemático de profesión, miembro de una de las más insignes instituciones académicas, apasionado por la pedagogía, cita a Platón y a Pascal, y a sus hijos -en los momentos de aburrimiento- suele recordarles con Dante que "no fuisteis hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento". Giorgio Israel subraya con fuerza la visión judeocristiana, en la cual la realidad se percibe como positiva en última instancia. Es un apoyo a la libertad del hombre, que "siempre está llamada a renovarse en el ámbito moral" (no funciona por acumulación como en el campo científico). E invita a huir de la tecnocracia y también de la meritocracia. Ha sido justo el manifiesto lo que le ha hecho cambiar de idea. Una pequeña revolución personal. Ha decidido desde ayer no usar el término meritocracia, que le gustaba, en favor de la expresión valoración del mérito: "un concepto más amplio, que no presupone criterios externos, sino un diálogo estrecho que hace surgir el valor desde dentro". Y así también la crisis se convierte en una oportunidad para cambiar, para volver a empezar. No sólo con las reglas o con tecnicismos, sino con la confianza y la valoración de la persona.
Crisis económica, desafío de la razón- El pueblo de Israel descubrió la positividad de la realidad precisamente en el momento de la crisis. Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, entra inmediatamente en el corazón del desafío. La realidad es positiva porque existe, "es positiva por el Misterio que habita en ella. ¿Qué es necesario para aprehender esta positividad? Un uso de la razón adecuado a su verdadera naturaleza de conocimiento de la realidad según la totalidad de sus factores". Esta es la invitación y la batalla que lleva adelante Benedicto XVI, este es el trabajo que don Giussani indica. "Cristo no se ha encarnado para ahorrarle el trabajo a nuestra razón, a nuestra libertad, a nuestro compromiso, sino para hacerlo posible", subraya Carrón. Esto es lo que nos hace vivir como hombres y nos permite afrontar cualquier desafío, como demuestran los ejemplos que se citan en el manifiesto. "Paradójicamente, la crisis puede representar la posibilidad de verificar la conveniencia humana de la fe, su carácter razonable. Si aceptamos este trabajo, tendremos una experiencia tan rica que podremos compartirla con todos, y descubriremos en qué consiste la incidencia histórica de los cristianos".
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