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Cuando la política respira

Paolo Perego
20/10/2011 - En la provincia de Siena tuvo lugar un congreso de dos días del Intergrupo parlamentario. Para hablar de los jóvenes y de la crisis. E indicar "un camino para el bien común". El relato de quien lo presenció

El lugar era el mismo del 2010. La abadía de Spineto, en Sarteano, sobre las colinas que rodean Siena. El tema diferente: si el año pasado se habló de familia, este año el protagonista del congreso del Intergrupo parlamentario para la Subsidiariedad fue el binomio "jóvenes y crisis". Otra etapa del recorrido comenzado en 2003 por iniciativa del vicepresidente de la Cámara, Maurizio Lupi, junto a otros exponentes del mundo político de todas las formaciones políticas, para favorecer "un lugar de diálogo entre los diferentes partidos sobre los temas más importantes para el país". Para abrir el trabajo, la tarde del 6 de octubre ante unos sesenta diputados y senadores, fue planteado el tema del discurso de Benedicto XVI en el Bundestag, con un diálogo entre el director de Avvenire, Marco Tarquinio, y Andrea Simoncini, constitucionalista de la Universidad de Florencia. Le tocó a Mario Draghi y a Giorgio Vittadini plantear el trabajo de la mañana siguiente. "El bajo crecimiento de Italia en los últimos años es también reflejo de las cada vez más escasas oportunidades ofrecidas a las jóvenes generaciones". No sólo la crisis mundial, por tanto, según el Gobernador del Banco de Italia, próximo gobernador del Banco Central Europeo. Por eso "la prioridad absoluta de Italia es hoy salir del estancamiento reactivando el desarrollo con medidas estructurales". El presidente de la Fundación para la Subsidiariedad, Vittadini, presentó, por su parte, una investigación que partía de una sencilla pregunta: "¿somos un país para viejos?". De la familia a la educación pasando por el absentismo escolar, de la universidad a la investigación y el mantenimiento del empleo, y también comparando con el extranjero, Vittadini puso de manifiesto la necesidad hoy más que nunca de una intervención que parta del concepto de capital humano, poniendo en el centro la persona, restableciendo la familia como factor de crecimiento entre las primeras voces de la agenda política, garantizando el pluralismo y la libertad de elección en el campo educativo, por ejemplo, dejando a los individuos la facultad de decidir cómo gastar mejor su dinero.
Participar en los trabajos del Intergrupo no es una novedad para Alessia Mosca, elegida entre las filas del PD en 2008 y secretaria de la Comisión de Trabajo de la Cámara. "Enseguida quise participar. Es un camino en el que siempre creí. Salgo de Spineto reforzada en mi convicción". Es una experiencia que exige un paso más, continúa la diputada: "Hablo de responsabilidad política verdadera. Ha estado con nosotros Draghi y ha hablado de reformas profundas, estructurales, para salir del bache en el que nos encontramos. Los datos que ha presentado son una ulterior bofetada respecto a problemáticas que conocemos bien desde hace años: el inmovilismo social, la desilusión de los jóvenes, la fuga de talentos". ¿Cuál es el paso siguiente que tiene que dar la política? "La cuestión es que o se sirve al bien del país o al consenso inmediato”, es la respuesta de Rafafaello Vignali, desde 2008 diputado del PDL y vicepresidente de la Comisión de Actividades Productivas, Comercio y Turismo de la Cámara: "Ciertamente no podemos pensar que el Intergrupo pueda realizar solo las reformas que le hacen falta al país. El Intergrupo es un método de trabajo. No pensamos todos de la misma manera. Pero es el método de un diálogo sin prejuicios, conscientes de que al final debemos encontrar un acuerdo. No un acuerdo a la baja, sino como lo entendía el Papa: un compromiso con la realidad y una promesa recíproca. No se trata de embarullar o de renunciar a aquello en lo que se cree". Un método del que los medios de comunicación no hablan, continúa Vignali, explicando que no ha sido difícil recoger 150 firmas sin ningún color partidista para presentar el nuevo Estatuto de empresas que será dentro de poco una ley y verlo pasar sin votos en contra o abstenciones: "Es una ley propuesta por el Intergrupo igual que la ley contra la fuga de talentos al extranjero o sobre el trabajo en las cárceles. O sobre el cinco por mil. Cosas sobre las que hemos trabajado juntos a partir de la propuesta de alguien".
Un método de trabajo que puede encontrar espacio también fuera del Intergrupo: "La esperanza es que suceda", dice Alessia Mosca. "Porque las recetas para salir del pantano las conocemos. Y sabemos bien que podemos encontrar amplios márgenes de diálogo y de discusión sobre los cuales es posible el apoyo de todos. Hace falta una precondición: la responsabilidad política urgente. Es necesario plantearse esto como prioridad que nos permita tomar una bocanada de aire". Todo lo contrario a la defensa a priori de la propia razón, teniendo como único horizonte los sondeos a final de mes o las próximas elecciones: "No se trata de hacer un balance a corto plazo", explica Vignali. "Es necesario mirar a largo plazo, empezar a trabajar a largo plazo. Sacando la cabeza de las urnas y razonando por el bien común. Como sucede en el Intergrupo".
"Lo que hemos hablado en Spineto se tiene que hacer realidad", continúa Mosca: "no podemos permitirnos que estos sean sólo momentos de alto debate, sin que se traduzcan en acciones concretas. Es necesario que todos se den cuenta de que no tenemos alternativa". "Lo hemos visto: trabajar así es posible y funciona", repitió Vignali: "es cierto que una reforma estructural no puede nacer del Intergrupo. Tomemos como ejemplo la ley sobre el trabajo en las cárceles: no será el punto central de una reforma de la Justicia. Pero si se consigue sacar adelante esto, daremos un paso más en la subsidiariedad. Probablemente en una lógica de amplio consenso ¿quién se atreverá a afirmar que no será útil para afrontar mejor la reforma de la Justicia?".

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