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El Meeting: un pueblo de hombres ciertos, irreductibles y libres

Meeting de Rimini
29/08/2011 - El texto del comunicado final del XXXII Meeting para la amistad entre los pueblos. La cita del próximo año será del 19 al 25 de agosto, bajo el lema “La naturaleza del hombre es relación con el infinito”

«El hombre no puede vivir sin la certeza de su propio destino». Con estas palabras, Benedicto XVI nos invitó a ir al fondo del lema del Meeting de este año para descubrir cuál es la certeza por la que vale la pena que la vida sea vivida, en cualquier ámbito y circunstancia.
Eso es lo que hemos verificado a través de 113 encuentros con 321 ponentes, 10 exposiciones, 26 espectáculos, gracias a la contribución de casi 4.000 voluntarios (640 durante el pre-Meeting y 3.232, de ellos casi 140 extranjeros, durante el Meeting), y con cerca de 800.000 visitas de 38 nacionalidades diferentes.
Una edición que se inaguró con la intervención del presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, que «ante hechos tan inquietantes, ante una grave crisis» ha reclamado a todos, y a los jóvenes en particular, a «hablar el lenguaje de la verdad». Y ha afirmado: «Hacen falta nuevas palancas y nuevas contribuciones. No os dejéis condicionar por los posos que se han sedimentado en menos de dos décadas: cerrazón, atrincheramiento, corrupción, ansias de poder y personalismos de todo signo. Llevad al compromiso político vuestras motivaciones espirituales. Llevad, en un tiempo de incertidumbre, vuestro anhelo de certeza. Por eso representáis un recurso humano para nuestro país. Hacedlo valer aún más: es mi deseo y a ello os animo».
¿Qué es lo que hemos descubierto?
Al contar la historia de nuestro país, al preguntarnos sobre la crisis y sobre la situación internacional, al profundizar nuestra mirada hacia la cultura del pasado y la de nuestro tiempo, hemos visto suceder algo delante de nuestros ojos: que la existencia se llena de una inmensa certeza.
Hemos visto hombres nuevos que no se rinden, como sucedió en el espíritu de nuestro pueblo, documentado en la exposición sobre los 150 años de subsidiariedad: hombres que, sostenidos por un ideal adecuado, pueden contribuir al bien común. Hemos encontrado a personas que han venido de todas partes del mundo para contar su propia experiencia, la cual, por una certeza viva en su propia existencia, pueden mirar de un modo distinto las situaicones de crisis, y afrontarlas con una positividad sorprendente.
Hemos visto que la amistad entre los pueblos, en un tiempo dramático, de conflictos abiertos en el escenario internacional, no es una quimera, sino que es posible, hasta los confines extremos de la Tierra. Esto nos lo han testimoniado los amigos egipcios –ponentes y voluntarios– presentes en el Meeting, como el cardenal Antonios Naguib, el obispo Armiah, el rector de Al Azhar Usamah Elabed y nuestros ya compañeros de viaje Wael Farouq, Joseph Weiler, Andrew Davison, John Milbank. Una amistad con ortodoxos, musulmanes, judíos, anglicanos, budistas, una amistad no programada, que incide en la historia, como nos han testimoniado aquellos que han llegado a decirnos: «En este lugar es posible dialogar». Llenos de estupor, hemos escuchado al profesor egipcio Abdel Fattah Hassan presentar la traducción al árabe de Educar es un riesgo, de don Giussani, signo de la preocupación compartida por la educación de los jóvenes, sin la cual es imposible reconstruir una sociedad.
Esto no se da por descontado en un mundo donde todo dice lo contrario. Un mundo, como ha señalado la intervención sobre el lema del Meeting desarrollada por el filósofo Costantino Esposito, que ante la incertidumbre busca un acomodo fácil pero ilusiorio, por un lado en el naturalismo, según el cual todo se podría explicar “en base a determinados factores y mecanismos físico-químicos y neuronales”; por otro, en el relativismo cultural.
Lo que hemos visto, sin embargo, ha sucedido en un lugar donde la certeza tiene un nombre y un rostro, como ha señalado también Esposito, que nos ha recordado que «la certeza no es una construcción nuestra». De hecho, «ha tenido que venir Cristo, en la carne del mundo, para reabrir el ciclo inexorable del tiempo natural, situándose como principio de conocimiento nuevo, el único capaz de valorar hasta el fondo la necesidad de significado, y por tanto la espera de cumplimiento y el deseo de felicidad de cada hombre». Y para descubrirlo, como nos ha recordado el filósofo francés Fabrice Hadjadj, «es necesario partir de la experiencia, de la existencia», porque el cristianismo no es algo del pasado, sino una posibilidad, ahora, de vivir de un modo nuevo el presente, como nos han testimoniado, entre otros muchos, los cardenales Dionigi Tettamanzi y Robert Sarah, o el padre Pierbattista Pizzaballa. Y como hemos visto en la exposición sobre la vida de Jesús en Cafarnaúm con los primeros que se dejaron aferrar por Su presencia, y que por eso incidieron en la historia como ningún otro pueblo en el mundo.
Polílticos como Franco Frattini, Roberto Maroni, Giulio Tremonti, Maurizio Sacconi, Giuliano Amato, Enrico Letta, Piero Fassino; empresarios como John Elkann, Clara Gaymard, Tarek Ben Ammar, Fulvio Conti, Corrado Passera, Giuseppe Recchi, Ossama Bessada, Giuseppe Orsi, Giuliano Poletti; y los cientos de visitantes que han venido a Rimini se han encontrado delante de un pueblo, una vez más, de «hombres sin patria», es decir, libres, un pueblo que dice a Italia que este país no es algo que nace de lo alto, de los grandes pensadores financieros internacionales, sino que nace de una creatividad fruto de una posición humana generadora de hombres capaces de deseo, realismo e ideal, la única solución posible para no convertirse en un país para viejos.
Personas ciertas de una sola cosa, esencial, querida para cada uno: su propia experiencia de verdaderos hombres, ciertos y por eso irreductibles a cualquier tipo de poder, porque reconocen que las fuerzas que cambian la historia son las mismas que cambian el corazón del hombre. El hombre, de hecho, no es el artífice de sí mismo, sino que está marcado por Algo distinto.
Así, el título de la XXXIII edición del Meeting, que se desarrollará en Rimini del 19 al 25 de agosto de 2012, será «La naturaleza del hombre es relación con el infinito».

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