Un extracto de la intervención de Emilia Guarnieri Smurro, Directora del Meeting. Asociación de la Prensa
Cada vez más recibimos invitaciones para presentar el Meeting de Rimini en distintos países europeos y americanos. Eso se debe a que allí donde nos llaman tenemos amigos que desean que otros conozcan la experiencia humana de la que nace un evento como el Meeting que no tiene comparación alguna en el ámbito mundial. En primer lugar, por tanto, el Meeting de Rimini es una experiencia humana. No es sólo un evento multitudinario (tan sólo el año pasado se celebraron 120 encuentros, 8 exposiciones, más de 20 espectáculos, en 7 salas –la más grande con una capacidad para 10.000 personas–, 170.000 m2, más de 900 periodistas acreditados), pero lo más interesante del Meeting es que es una experiencia popular, la experiencia de un pueblo. Cada día miles de personas van al Meeting porque allí se está bien, se aprenden cosas, se ven realidades bellas y obras que construyen, se conoce a gente interesante. Allí hay un pueblo.
El Meeting es un lugar de encuentro entre identidades distintas, un encuentro en virtud de eso que todos los hombres tienen en común: el gusto por la positividad, lo que es bueno, noble y constructivo.
A partir de aquí uno puede hacerse amigo de otros y construir juntos. Las ideologías cansan. Una experiencia en acto, viva, interesa y atrae la atención de cualquiera. Ésta es la contribución que nuestra fe cristiana puede dar al mundo de hoy.
Se celebra en estos días el V aniversario de la muerte de ese gran educador que fue don Giussani. De él hemos aprendido a reconocer a Cristo como un factor de la realidad que, entrando en nuestra vida, la cambia, haciéndola más humana.
Esto nos hace estar tan alegres y agradecidos que deseamos darlo a conocer a todos. No para que los demás sean como nosotros, sino porque en el intento de cada uno hay un punto de verdad. Así el cristianismo se convierte en algo realmente universal y el encuentro con cada uno es para nosotros un motivo para aprender.
El Meeting pertenece a una fundación, es guiado por una redacción cultural, se sostiene con sponsors y la actividad propia de restauración, pero sobre todo gracias a unas 4.000 personas que trabajan como voluntarios. Son profesionales, madres de familia, estudiantes, trabajadores… que pasan allí su periodo de vacaciones.
Hace ya 30 años que los que vienen al Meeting quedan impresionados por estos voluntarios, que crean un clima de acogida que hace agradable estar en el Meeting.
El último factor que hace el Meeting es el título, que este año es “Esa naturaleza que nos impulsa a desear cosas grandes es el corazón”. Nos vemos del 22 al 28 de agosto.
Luis Lezana: «Fui al Meeting en 2004 cuando estaba poniendo fin a 35 años de vida empresarial y fue un espectáculo indescriptible. En un mundo donde los números acaban con los mitos, me encontré por primera vez con empresarios que no se miraban al bolsillo sino a los ojos. Durante toda mi vida he conocido ferias desde Sevilla hasta Hong Kong pero nunca he visto nada igual que el Meeting de Rímini».
En Cope.es, fotos y sonidos del acto.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón