Los derechos de los homosexuales debe respetarse absolutamente, eso es algo tan obvio que ya no cabe debate. Personalmente, apoyo también que se hayan autorizado sus enlaces, aunque no lo habría llamado «matrimonio». Sin embargo no tengo claro que la exaltación de una orientación sexual deba dar lugar a una suerte de desfile sanferminero mundial bajo el sustantivo de «Orgullo», o que se haya instalado en ciertos ámbitos un clima de opinión que viene a decir que una pareja de dos mujeres o dos hombres es el summum de la modernidad, pero un matrimonio convencional que cuida de sus tres hijos son unos gañanes del paleolítico, de glamour cero y que dan el cante en el mega-party de Chueca. ¿Derechos? Todos ¿Superioridad? Ninguna.
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