Escribía Albert Camus en El mito de Sísifo que el hombre debe rebelarse contra el absurdo por un imperativo moral. Es en el mismo acto de la rebelión en el que puede encontrar un sentido frente al abismo de la nada que se abre ante sus pies.Pero hay situaciones límite en las que el individuo no puede declararse en rebeldía y está obligado a asumir un destino trágico para no provocar un daño mayor. Este es el dilema perverso que se les planteó a los jesuitas que fueron a predicar la fe cristiana a Japón en el siglo XVII, cuya historia está contada en la película Silencio de Martin Scorsese...
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