Se trata de una iniciativa nacida hace 25 años gracias al empresario italiano Danilo Fossati y a don Giussani, fundador de Comunión y Liberación, para combatir el desperdicio de alimentos, recuperarlos y distribuirlos entre las familias necesitadas y los indigentes.
En el discurso que les dirigió, Francisco subrayó que el hambre ha adquirido hoy la dimensión de un verdadero y propio escándalo que amenaza la vida y la dignidad de tantas personas, hombres y mujeres, niños y ancianos. ”Todos los días -afirmó- nos confrontamos con esta injusticia; me permito decir, con este pecado, en un mundo rico de recursos alimenticios, gracias también a los enormes progresos tecnológicos, son demasiados los que carecen de lo necesario para sobrevivir; y no solamente en los países pobres, sino cada vez más también en las sociedades ricas y desarrolladas.
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