Era importante ver qué punto escogería Benedicto XVI para su último mensaje a los cardenales. Y el punto ha sido la Iglesia, “que constituye para todos nosotros la razón y la pasión de nuestra vida”. Y para ello ha recurrido a uno de sus teólogos amigos, a Romano Guardini, que explicaba en los años del Concilio Vaticano II que “la Iglesia no es una realidad inventada y construida en un despacho, sino una realidad viviente”. La Iglesia vive a lo largo del tiempo transformándose, como todos los seres vivientes, pero en su naturaleza permanece siempre ella misma, porque su corazón es Cristo.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón