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PRENSA

Juan

Cristina L. Schlichting
09/10/2012 - La Razón

Que un chico que va para abogado deje la carrera en cuarto y se meta en el seminario, ya es curioso. Si además invita a doce pobres a la fiesta de su ordenación, llama la atención. Y si por último vende las minas de plata que ha heredado de su familia en Sierra Morena y reparte el beneficio entre los mendigos, la cosa recuerda a Francisco de Asís y Francisco de Borja. Ambos eran ricos y los dos lo dejaron todo. La diferencia es que el chico del que les hablo es un perfecto desconocido y los otros dos, santos famosos. Hoy hacen en Roma doctor de la Iglesia universal a la trigésimo cuarta persona en el mundo digna de semejante honor. Y es un español.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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