La opinión de Franz Schmidberger: «No podemos reconocer la continuidad del Vaticano II y la validez de la nueva misa». Nuevas revelaciones sobre la carta del Papa.
Franz Schmidberger, superior del distrito alemán de la Fraternidad San Pío X y primer sucesor de monseñor Lefebvre en la guía de los lefebvrianos, expuso el estado de la cuestión sobre las relaciones con la Santa Sede, y reveló algunos particulares sobre la carta que envió Benedicto XVI al obispo Bernard Fellay en junio de este año. La entrevista con la información data del 18 de septiembre.? ??Schmidberger insistió sobre las peticiones formuladas por la Fraternidad para llegar a la normalización de las relaciones con Roma: “Sobre todo, que exista el permiso para seguir denunciando ciertos errores del Concilio Vaticano II, es decir para hablar abiertamente. En segundo lugar, que se acuerde no usar los libros litúrgicos de 1962, en particular el misal. En tercer lugar, que siempre haya un obispo en la jerarquía de la Fraternidad, elegido en su interior”.El superior del distrito alemán, cercano a Fellay y representante del ala más abierta al diálogo de la Fraternirad, en la entrevista también habló de un “cambio” que se habría dado el 13 de junio, en ocasión del último encuentro entre el mismo Fellay y el cardenal William Levada, entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. “Nos presentó un nuevo documento doctrinal que, por una parte, acepta el texto propuesto por monseñor Fellay, pero por otra, contiene algunos cambios significativos que nos sitúan ante un verdadero problema: esto creó una nueva situación”. Franz Schmidberger confirmó además que la carta de Benedicto XVI a Fellay es “una respuesta a una pregunta que habíamos formulado al Papa”. Y, por primera vez, revela el contenido de esta pregunta: “Queríamos saber si estos nuevos requisitos habían sido añadidos con su aprobación, si provenían verdaderamente de él o si, en cambio, provenían de alguno de sus colaboradores”. El Papa, indicó el religioso tradicionalista, “nos aseguró que era su voluntad que nosotros aceptáramos estas nuevas exigencias”.? ?Schmidberger también criticó al nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, que sería “hostil” a la Fraternidad. Expresó su aprecio por el vicepresidente de la comisión Ecclesia Dei, el arzobispo Augustine Di Noia, con quien la Fraternidad se encuentra en contacto permanente. Además atacó al nuevo secretario de la Congregación para el Culto Divino, monseñor Arthur Roche, diciendo que era uno de los que se oponían al motu proprio que liberalizó la misa antigua.El lefebvriano añadió que no creía que llegara una nueva excomunión, en el caso de que la Fraternidad San Pío X respondiera negativamente a los dos puntos (sobre la validez de la nueva misa y la continuidad de la doctrina) que se exigen en el preámbulo: “el Papa, en 2009, quitó en persona la excomunión que pesaba sobre los cuatro obispos de la Fraternidad”, por lo que una nueva excomunión “representaría una falta de coherencia entre su pensamiento y sus acciones… Puesto que la Fraternidad es, en cierta forma, la columna vertebral, el punto de referencia para todos los que apoyan la tradición de la Iglesia”, la nueva excomunión “sería un desastre”. No tanto para la Fraternidad, “sino para la iglesia”.
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