Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Sínodo de los Obispos sobre la Familia, celebrado recientemente, ha sido la primera etapa de un camino que finalizará el próximo mes de octubre con la celebración de otra Asamblea sobre el tema "Vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo". La oración y la reflexión que tienen que acompañar este camino involucran a todo el Pueblo de Dios. Quisiera también que las habituales meditaciones de las audiencias de los miércoles formen parte de este camino común. Por lo tanto, he decidido reflexionar con vosotros, en este año, precisamente sobre la familia, sobre este gran don que el Señor ha hecho al mundo desde el principio, cuando confirió a Adán y Eva la misión de multiplicarse y llenar la tierra. Aquel don que Jesús ha confirmado y sellado en su Evangelio.
La cercanía de la Navidad enciende sobre el misterio de la familia una gran luz. La encarnación del Hijo de Dios abre un nuevo inicio en la historia universal del hombre y de la mujer. Y este inicio sucede en el seno de una familia, en Nazaret. Jesús nació en una familia. Él podía venir especularmente, o como un guerrero, un emperador… No, no. Viene como un hijo de familia, en una familia. Por eso es importante mirar en el pesebre esta escena tan bella.
Dios ha querido nacer en una familia humana, que ha formado Él mismo. La ha formado en una aldea remota de la periferia del Imperio Romano. No en Roma, no en una gran ciudad, sino en una periferia casi invisible, de hecho, más bien con mala reputación. Lo recuerdan también los Evangelios, casi como una forma de decir: "De Nazaret, ¿puede salir alguna vez algo bueno?". Quizás, en muchas partes del mundo, nosotros mismos hablamos todavía así, cuando escuchamos el nombre de algún lugar periférico de una gran ciudad. Pues bien, precisamente de allí, de aquella periferia del gran Imperio, ha comenzado la historia más santa y más buena, ¡la de Jesús entre los hombres! Y allí estaba esta familia.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón