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MAGISTERIO

“Digno de Dios y, por eso, digno del hombre”

Benedicto XVI
10/11/2010 - Fragmentos de la audiencia general en la que el Papa ha evocado su viaje a Santiago de Compostela y Barcelona.

…Ante la cantidad de peregrinos presentes en la Santa Misa solemne que tuve la inmensa alegría de presidir en Santiago, meditaba sobre qué puede animar a tanta gente a dejar sus ocupaciones cotidianas y emprender el camino penitencial hacia Compostela, un camino a veces largo y fatigoso: es el deseo de llegar a la luz de Cristo, que anhelan en lo más profundo de su corazón, aunque no lo sepan expresar con palabras. En los momentos de confusión, búsqueda, dificultad, así como en la aspiración a fortalecer la fe y a vivir de modo más coherente, los peregrinos a Compostela emprenden un itinerario profundo de conversión a Cristo, que ha asumido en sí mismo la debilidad, el pecado de la humanidad, las miserias del mundo, para llevarlas allí donde el mal ya no tiene poder alguno, donde la luz del bien lo ilumina todo. Se trata de un pueblo de caminantes silenciosos, procedentes de todos los rincones del mundo, que redescubren la antigua tradición medieval y cristiana de la peregrinación, atravesando pueblos y ciudades impregnadas por el catolicismo…

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…La iglesia de la Sagrada Familia fue concebida y proyectada por Gaudí como una gran catequesis sobre Jesucristo, como un cántico de alabanza al Creador. En este edificio tan imponente, él puso su genialidad al servicio de la belleza. De hecho, la extraordinaria capacidad expresiva y simbólica de las formas y de los motivos artísticos, así como las innovadoras técnicas arquitectónicas y escultóricas, evocan la Fuente suprema de toda belleza. El famoso arquitecto consideró este trabajo como una misión en la que estaba implicada toda su persona. Desde el momento en que aceptó el encargo de la construcción de esta iglesia, su vida estuvo marcada por un cambio profundo. Revestida por una intensa práctica de oración, ayuno y pobreza, advirtiendo la necesidad de prepararse espiritualmente para alcanzar y expresar en la realidad material el misterio insondable de Dios. Puede decirse que, mientras Gaudí trabajaba en la construcción del templo, Dios construía en él el edificio espiritual (cfr Ef 2,22), fortaleciéndole en la fe y acercándole cada vez más a la intimidad de Cristo. Inspirándose continuamente en la naturaleza, obra del Creador, y dedicándose con pasión a conocer la Sagrada Escritura y la liturgia, supo realizar en el corazón de la ciudad un edificio digno de Dios y, por eso mismo, digno del hombre…

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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