Un icono del blues-rock, la pelirroja Bonnie Raitt, produce su decimonoveno album (el decimosexo grabado en estudio); a los 63 años de edad se lanza a esta aventura con el entusiasmo de una jovencita, a pesar de que la vida le ha puesto a prueba en los últimos años. Durante los siete años que la separan de su album anterior ha perdido a sus padres, a su hermano y a uno de sus mejores amigos. Sin embargo, este trabajo no es un ejercicio de autocompasión.
La materia prima es el mismo blues-soul que la distingue desde que comenzó su carrera. En este CD la acompañan varias bandas. En la mayoría de los temas tocan los mismos músicos que la acompañan en sus actuaciones en directo, pero cuatro cortes han sido producidos por Joe Henry, que llevó con él a otros cuatro músicos y al guitarrista Bill Frisell, en calidad de invitado. El punto de unión de todo ello es la slide guitar de Bonnie, omnipresente sin cansar nunca, y su voz inagotable, increíblemente viva y siempre presente, en la que se perciben todos los rasgos que generaciones enteras de vocalistas han aprendido de ella y que puntualmente han asumido en su propio estilo vocal.
La paleta de estilos es muy variada. Empieza con un funky (Used to Rule the World), prosigue con el reggae de la segunda canción, Right down the Line, para cambiar considerablemente en los cortes 3 y 4 (dos de los producidos por Joe Henry), donde el sonido se ensombrece y el bajo eléctrico deja paso al contrabajo. Llega el swing con Dylaniana Million Miles y luego se abre paso una balada de extraña belleza, You Can’t Fail Me Now. Se alternan así canciones sólidas y convincentes, para tocar de forma progresiva todos los estilos de la Americana.
Añado una palabra más para la dulce balada Not cause I Wanted to, que da paso al blues de Ain’t gonna let you go, donde la voz de Bonnie suena realmente convincente.
Y siendo todos los temas dignos de escuchar, termino con los dos últimos (los otros dos producidos por Joe Henry): Standing in the Doorway y la que cierra el disco, God Only Knows. Este corte conclusivo, confiado sólo a dos voces y piano, está impregnado de sufrimiento y dolor, sin caer en la queja. Suena más bien como una profunda oración: «Sólo Dios sabe que podemos hacer ni más ni menos que lo que Él nos concede. Dios sabe, incluso aunque no sepamos cómo, que yo trataré de ser tu luz de amor, y rezaré para que por ahora sea suficiente». Bonnie ha vuelto.
Bonnie Raitt
Slipstream
Redwing Records – 2012
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón