RESEÑAS

Él y yo

Carmen Pérez

09/02/2016

El texto de Gabrielle Bossis se presenta como palabras del mismo Jesús, oídas por la mística y escritas por ella inmediatamente. En los diálogos nada hay forzado ni excesivo; nada que quebrante la naturaleza humana o la obligue más allá de sus fuerzas.
Un diario íntimo que nos hace sentir lo que dice la dedicatoria: «Dios está en ti, habla con Él». Son las palabras interiores recibidas por Gabrielle en su vida cotidiana, de 1936 a 1950. Un diálogo íntimo constante con el Tú que habita en nosotros.

La autora es una mujer amable, una mujer de mundo, que bailaba y representaba sus obras en el teatro recorriendo los caminos de Francia, Montreal y Argel, Roma y Quebec, Kairuam y Palermo, en cualquier medio de locomoción. Escrito primero para no ser publicado. Su autora vivió plenamente inmersa en las exigencias del mundo, en la presencia constante de Dios. Es un chorro de naturalidad y de luz en su intimidad con el Señor. No hay disquisiciones espirituales, hay un diálogo íntimo e interior constante con el Amigo que sabe la ama, cuida, protege, mira. No da normas de perfección.

La cuidadosa traducción española realizada por Carmen Espinosa de los Monteros tiene un prefacio del conocido escritor e historiador francés Daniel Rops: «Es una extraña y bella historia –es también la historia de un alma– la que nos refiere este libro titulado Él y yo. Y ahora que la muerte le releva de ese voto de discreción que con tanta naturalidad había formulado, podemos decir quien fue la escritora anónima que dejó estos fragmentos fulgurantes de amor sublime y estos pensamientos plenos de verdad sobrenatural».

Se trata realmente de un testimonio que muestra lo real y posible que es vivir ante la mirada de Dios misericordioso en todas las situaciones. Solo el testimonio es eficaz. En 1944 apunta: «Aprende de Mi Misericordia que a medida que tus escritos aprovechen a las almas, te verás en la misma proporción, colmada de alegría. Y cada lector será favorecido con la Gracia. Todos formarán una sola familia de la que sus miembros son solidarios: la Familia de mis amigos íntimos».
Todos creemos más en los testigos que en los maestros, y se es maestro en la medida en que se es testimonio vivo porque la vida auténticamente vivida atrae, al igual que la alegría.

Gabrielle Bossis
Él y yo
Editorial Balmes
pp. 376 – 10,00 €

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