Olivier Rey y Franco Palmieri han presentado en el Meeting sus dos últimos libros. El primero, dedicado a la apasionante historia de la ciencia y al hombre que, con asombro, se sitúa ante la naturaleza. El segundo nos acerca la obra de la Divina Comedia a través de una iniciativa popular que para comprender recita, y para recitar comprende y vive el significado de las palabras de Dante.
Olivier Rey, pensador y filósofo francés, ha expuesto en el Meeting de Rimini algunas de las reflexiones y conclusiones de su último libro Itinerari dello smarrimento. E se la scienza fosse una grande impresa metafísica? (Ed. Ares). ¿Se puede hacer ciencia sin tener en cuenta su gran tradición e historia, con sus errores y grandes descubrimientos? ¿Es posible hacer ciencia sin comprender la historia de las ideas, que alimenta y empuja sin cesar el quehacer científico? A esta tarea se ha dedicado Olivier Rey, mostrando hasta qué punto la ciencia y la reflexión sobre la ciencia necesitan una continua revisión, que nos permita identificar y descubrir la profunda conexión entre la historia del hombre y sus intereses, y el desarrollo de la ciencia.
En definitiva, la revisión que O. Rey ha realizado nos plantea una disyuntiva tan difícil como apasionante: la ciencia como un conocimiento que nace y vive del asombro, o la ciencia como una sabiduría desconectada del hombre. «La modernidad ha supuesto un paso importantísimo en el desarrollo de la ciencia, pero ha cometido un grave error: ha convertido la naturaleza y al mismo hombre en un objeto, separando el conocimiento del mundo del asombro en el que originariamente vivimos instalados». De este modo, la racionalidad moderna ha creído alcanzar el culmen de la razón en la eficacia y seguridad del método físico-matemático olvidando o dejando de lado otros métodos o formas de racionalidad (comenzando por la sensibilidad y llegando hasta el amor) que pudieran devolvernos una mirada más rica y completa sobre la realidad mundana y humana, irreducible al mero cálculo o al análisis.
La presentación del libro de Franco Palmieri Incantati dalla comedia (Edizioni della Meridiana) puso de manifiesto una verdad no muy lejana a cuanto dijo Olivier Rey en la presentación anterior: no se pueden comprender las grandes obras de la literatura (como no se puede comprender la naturaleza, podríamos decir) sin hacer experiencia de aquello que se narra. En este caso, Franco Palmieri se refiere a la Divina Comedia dantesca y, más en concreto, a una iniciativa popular promovida por la Asociación Cento canti que, en varias ciudades italianas durante los últimos años, ha contado, literalmente, la gran obra del autor florentino. El libro de F. Palmieri no es por lo tanto un ensayo más de literatura, sino una aproximación a la historia viva de la Divina Comedia que, igual que sucedió durante el siglo XIV, se ha seguido comunicando de padres a hijos a través de la memoria y de la tradición oral. La Asociación Cento canti no ponía en escena a actores o recitadores profesionales, sino a estudiantes y padres de familia, entusiasmados y tocados por los 100 cantos de Dante. «La propuesta es muy simple, la lectura de un canto delante de un oyente ocasional, o delante de un caminante distraído. La cuestión no es la competencia, sino recordar que lo que contamos se lo contamos a otro». De este modo, podemos volver a conquistar las palabras de Dante y, de este modo, volver a ser conquistados por la literatura, por aquellos versos y líneas que desde siempre han hablado de nosotros.
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