El deseo de descubrir, la búsqueda del hecho cristiano en la realidad, el sueño de revolucionar la propia comunidad: el Meeting por la Amistad entre los Pueblos de Rimini es desde hace tres décadas símbolo de la implicación civil y cultural de Comunión y Liberación, movimiento eclesial católico que se reconoce en la enseñanza de Don Luigi Giussani.
Emilia Guarnieri, profesora de italiano y latín en el liceo clásico de Karis, formó parte del primer grupo que promovió esta manifestación, en 1979, y actualmente ocupa el cargo de presidenta en la asociación que promueve esta semana llena de acontecimientos en la ciudad costera del Adriático.
¿Cómo nació la experiencia del Meeting?
Nació a partir de una idea de un grupo de amigos de Comunión y Liberación. Habíamos decidido poner a prueba nuestra fe cristiana en el contacto con la realidad exterior, así que empezamos a invitar a interlocutores con posiciones diferentes y lejanas, desde los disidentes soviéticos –estamos hablando de los años ochenta- hasta los líderes de los movimientos de liberación de países africanos y latinoamericanos.
¿Qué espíritu les animaba en esos primeros encuentros?
El deseo de conocer otras culturas y una predisposición a la confrontación. Esta síntesis funcionaba y generaba una gran unidad, en el sentido de amistad, entre judíos, musulmanes, cristianos, laicos, budistas…
¿Hasta qué punto les influyó la enseñanza de don Giussani en su ímpetu por poner en marcha el Meeting?
Don Luigi nos transmitió la pasión por la vida para afrontar la realidad sin miedo: para nosotros la fe era algo vivo. Sin embargo, la idea de la semana riminesa era nuestra… Se lo contamos después de haber organizado ya la primera edición. En nuestra comunidad, uno de los principios básicos es la responsabilidad absoluta de quien toma la iniciativa.
¿La idea de un encuentro abierto a otras voces presupone la renuncia a la propia identidad?
El punto central de nuestra experiencia es la pasión por el hombre, la cultura cristiana. Nuestra identidad nos permite no tener miedo a encontrarnos con otros y nos ayuda a profundizar en el sentido que tienen estos encuentros. Nos han visitado el presidente de la Cámara Italiana, Gianfranco Fini; el líder del PD, Pier Luigi Bersani; el primer ministro Silvio Berlusconi...
¿Cómo se decide el lema del Meeting?
No hacemos grandes asambleas… Lo elegimos con sencillez y, si nos convence, lo adoptamos para la edición del año siguiente. El lema del Meeting 2010 es una frase muy simbólica: “Esa naturaleza que nos empuja a desear cosas grandes es el corazón”. Un pensamiento que nos ha hecho pensar en Albert Camus. El corazón es el único que nos puede salvar de quedar homologados por la infelicidad habitual. Y es que no somos sólo aquello que poseemos y por eso hemos querido recordar la relación del hombre con el infinito.
¿Los que participan activamente en la semana riminesa son revolucionarios?
En nuestro ADN llevamos el deseo de vivir la vida hasta el fondo, de saborear la existencia hasta el punto de querer cambiar el mundo. No estamos hechos para quedarnos en un cristianismo espiritual, queremos intervenir en la realidad.
Dedican mucha atención a la política exterior, con encuentros y mesas redondas. ¿Por qué?
Estamos hechos para conocer el mundo. Ésta es una de las enseñanzas de don Giussani, que ya a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta nos animaba a irnos a Brasil de misión.
¿Qué cuestión internacional afrontarán esta vez?
Discutiremos sobre libertad religiosa y responsabilidad política con el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, y sus homólogos de estados como Egipto o el Congo. Pero también habrá testimonios de la presencia cristiana en Haití o en Uganda, y un debate entre el primado de Hungría, Péter Erdö, y el metropolita Filaret de la Iglesia bielorrusa ortodoxa sobre la divinidad de Jesucristo.
La fiesta de Comunión y Liberación crece cada año en número de ponentes, voluntarios y visitantes. Las fiestas de los partidos políticos, por el contrario, declinan. ¿Cómo explica esta tendencia?
La gente va donde hay algo que despierta su interés. El Meeting se construye con el trabajo de más de 4.000 voluntarios que dedican sus vacaciones a venir aquí para contribuir al éxito de este evento. Este hecho pone de manifiesto que una participación tan numerosa es el símbolo de una tensión ideal.
(Entrevista publicada en Il Secolo d’Italia el 5 de julio de 2010)
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