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Mártires rusos, de la tiniebla a la luz

Kenia Flores
22/08/2013

«Cuanto más elevado sea el número de representantes del clero reaccionario y de la burguesía reaccionaria pasados por las armas, mejor será para nosotros». Este fragmento de una carta secreta de Lenin a los miembros del Politburo con motivo de la expoliación de los bienes de la Iglesia resume el sufrimiento y la persecución de miles de fieles durante los años de dictadura comunista.
La exposición titulada “La luz que resplandece en las tinieblas. El testimonio de la Iglesia Ortodoxa rusa en los años de persecución soviética” surge de los esfuerzos unidos de jóvenes estudiantes y profesores de la Universidad Ortodoxa Humanística de San Tijon de Moscú, la Universidad de Karkov en Ucrania y la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán, que han querido dar a conocer la verdad sobre la iglesia ortodoxa en aquellos de terror.
La muestra contiene dos ideas fundamentales. La primera nos hace comprender que es gracias a aquellos mártires tan cercanos a nosotros en el tiempo, que escribieron la historia de los años de represión con su sangre, que se pudo conservar la fe y transmitirla a las nuevas generaciones de jóvenes que habían sido educados en el ateísmo. Los paneles nos llevan a través de los años mostrándonos rostros concretos de mártires de barba blanca que fueron encarcelados, sometidos a trabajos forzados, fusilados o, en el mejor de los casos, deportados a los confines más alejados de la Rusia septentrional.
La segunda idea, que percibimos a través de la cuidada estructura de la exposición, es el juego de la luz y la tiniebla. Al comienzo, las paredes son negras y sólo se vislumbran pequeños rayos de luz que provienen del centro. Los primeros años, las primeras muertes, los primeros horrores, después de los cuales parece que no queda ni un ápice de esperanza. Según se avanza, los colores van siendo más claros, la luz va penetrando por las ventanas cada vez más numerosas. Al final, una explosión de luz, y en el centro el altar y una gran cruz. La claridad de la luz que no puede ser anulada por ninguna desgracia, por ninguna mala voluntad, pues es Dios quien está en su origen. La fuerza de la fe que estos hombres testimoniaron con su vida y, sin duda, con su muerte.

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Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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