Huellas N.1, Enero 2007

CL - Ejercicios de los universitarios

Los nuevos amigos de Baptiste

Matteo Forte

Asamblea

La fantasía del Misterio que mendiga nuestro corazón volvió a ser en la asamblea objeto de nuestra mirada. Baptiste, un chico de habla francesa que este año ha comenzado a estudiar Economía en la Universidad Bocconi de Milán interviene con una pregunta: «Me han enseñado siempre que Dios no existe; aquí he visto personas que viven la vida para Cristo, y por lo tanto percibo el contraste entre lo que veo y la educación que he recibido. Yo vivía para mí mismo y ahora veo personas que viven para Otro. ¿Quién puede enseñarme a ver la verdad y de qué manera puedo reconocerla?». Sorprendido por este chico, pido a mis amigos de la Bocconi el número de Baptiste, y lo llamo. Me cuenta que lleva en Italia tres meses: «Una amiga francesa me puso en contacto con su tía de Milán, que me dio a su vez el número de Pepe, un universitario del movimiento que estudia en la Bocconi. De este modo he conocido a los “ciellinos” de mi universidad». Más tarde, Simón lo invitó a la Escuela de comunidad sobre El sentido religioso. «En Francia –continúa Baptiste– nadie dice que Dios no existe, pero se vive como si no existiera. En el colegio nadie me ha hablado nunca del cristianismo, y sin embargo todos los europeos proceden de esta historia. Así es como empecé a estar con los nuevos amigos de CL: todo lo que me decían me interesaba hasta tal punto que lleno de curiosidad he decidido acudir a los Ejercicios. Aquí he visto miles de personas que, a diferencia de como me han educado, no sólo hablan del cristianismo, sino que también lo viven. Vosotros experimentáis lo que decís». A la pregunta sobre lo que más le había impresionado de los tres días en Rímini, me respondió de inmediato: «Los cantos. Eran preciosos. Seis mil personas formaban una sola voz. Me ha permitido comprender qué es lo que entendía Carrón por unidad, por humanidad nueva. Yo permanezco por esto».
* Con el próximo número de Huellas de febrero, el cuaderno «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?», que recoge el texto integral de los Ejercicios.