De Miguel Delibes
Ed. Plaza & Janes. Octubre 1979
A groso modo, sin ahondar, podría decirse que hemos llegado a una nueva era tecnológica.
Y que somos avanzados, rápidos en todo, en todo automáticos.
Completamente hombres y mujeres del futuro.
Pero Miguel Delibes pone una interrogación a la palabra "progreso" y sigue tirando de su pluma escribiendo todo lo que observa, para dejar en menos de doscientas páginas una crónica que delata lo tremendamente triste y asfixiada que se encuentra nuestra sociedad; lo que ocurre si se enfrentan como dos enemigos el humanismo y el desarrollo y lo falaz que resulta inmolar la naturaleza a la técnica.
No es otro el contenido de su análisis. Así lo proyectó desde la mesa de trabajo cuando en 1975 realizó este discurso de ingreso en La Academia de La Lengua.
Delibes el castellano sencillísimo, el escritor de los campos y la caza, abraza la idea y nos la enseña, de que el progreso consiste en establecer las relaciones Hombre- Naturaleza "en el plano de concordia".
Entiende, y muy bien entiende, que "todo cuanto sea conservar el medio es progresar" que "la máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón", y aunque se está haciendo tarde no ha llegado aún el ocaso y el preciosismo de la tertulia, de la alegría y de la tierra se mantiene vivo y es la hora de vivir el auténtico ecologismo del equilibrio entre la Ciencia y la conciencia.
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