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Huellas N., Diciembre 1983

CRITICA

Zarzuela: un genero en recuperación

Julio Bravo

Estas navidades, el Caballe­ro de Gracia volverá a cantar en el escenario del Teatro de la Zarzuela, al programarse dentro de la temporada de este género las obras "La Gran Vía" y "La Tempranica".
No había experimentado la zarzuela, posiblemente, un auge tal como el presente desde su época dora­da, en el final del pasado siglo y primeros treinta años del actual. Hoy en día, parece que todo el mundo redescubre la zarzuela. La gente des­cubre que infinitas melodías que ha­bía tarareado desde siempre pertene­cen a este género, denostado por algu­nos y ensalzado por otros.
Vamos a hacer un poco de historia de la zarzuela, que es, a grandes rasgos, una obra teatral en la que se intercalan las partes habla­das con los fragmentos musicales y cantados. Es ésta una definición algo incompleta, a la que le faltan algu­nos ingredientes propios del género, que le dan las características que hacen reconocible a la zarzuela entre otras formas musicales.
Nace este género a mediados del s. XVII, siendo sus primeras mani­festaciones unas representaciones que tenían lugar en un palacio, cercano a Madrid, que utilizaban los reyes como descanso en sus jornadas de ca­za: el Palacio de la Zarzuela, de donde tomaría el nombre.
Autores como Calderón, Lope de Vega, etc. fueron tomados por los músicos de la época como base lite­raria para sus obras, extendidas rápi­damente durante el reinado de Felipe IV.
Durante el s. XVIII, la zar­zuela se ve ensombrecida por un movi­miento de auge de la ópera italiana, hasta el punto de prácticamente desa­parecer. Fue D. Ramón de la Cruz quien, dándole temas populares al gé­nero, lo impulsa definitivamente "al camino que tomaría durante el s. XIX.
A mediados de éste, músicos como Barbieri, Arrieta, Eslava, le otorgan a la zarzuela los primeros acentos característicos, y, aunque to­davía influidos por las óperas ita­lianas, escriben obras en las que se intercalan ritmos españoles, como la seguidilla, el pasodoble, etc.
1851 es un año fundamental en la historia de este género, al estrenarse "Jugar con fuego", de Bar­bieri, primera zarzuela "grande", es decir, con tres actos, que supone la consolidación definitiva del género.
A partir de entonces, y du­rante el resto del s. XIX, surgen autores que van poblando el panorama musical con numerosísimas obras: Bar­bieri (El Barberillo de Lavapiés) Arrieta (Marina), Fernández Caballero (Gigantes y Cabezudos), Chapí (La Re­voltosa), Chueca (La Gran Vía) y Bre­tón (La Verbena de la Paloma), Estos últimos autores son los creadores del llamado género chico, obras en un acto de tema generalmente popular.
Los primeros treinta años del s. XX nos traen una continuación del auge del género, con páginas co­mo: Doña Francisquita, La Dolorosa, El Caserío, La Calesera, Los Gavila­nes y Las Golondrinas, escritas por autores como: Vives, Serrano, Alonso, Guridi, Guerrero, Luna y Usandizaga.
No obstante, la invasión de formas musicales más propias de la revista fueron deformando el espí­ritu de la zarzuela, de modo que los últimos dos grandes autores fueron Sorozábal (La tabernera del puerto) y Moreno Torroba (Luisa Fernanda). Tras la guerra civil, pocas obras en cantidad, y menos aún en calidad, han sido el balance creador del géne­ro, que hoy en día se encuentra vacío de autores dedicados a él, y debe conformarse con resucitar las piezas de ayer.
Durante estos años, la zar­zuela, debido principalmente a la po­ca calidad en las representaciones -el género es caro- ha ido cayendo en un declive espectacular, del que ahora parece recuperarse; prueba de ello es el florecimiento de las compa­ñías de zarzuela, el éxito de la "An­tología de la Zarzuela" de Tamayo, y el extraordinario montaje de "La Ver­bena de la Paloma" y "Gloria y Peluca" en el Teatro de la Zarzuela, por poner unos ejemplos.
No le falta calidad a la zarzuela, cuya música puede, en oca­siones, competir con piezas de renom­brados compositores. Prueba de ello es el éxito del recital de Plácido Domingo y Pilar Lorengar en Salzburgo este verano, y los proyectos de monta­je de "Marina" y la Antología de Tama­yo en el Metropolitan de Nueva York.
Aquí, en Madrid, los aficio­nados podrán disfrutar de las siguien­tes obras esta temporada: "La Tempra­nica" de Giménez, "La Gran Vía", de Chueca, "La Villana" de Vi ves, y "Cu­rro Vargas", de Chapí, con renombra­dos directores escénicos y musicales.
Además, dos figuras españo­las, Pilar Lorengar y Alfredo Kraus, completarán con dos recitales el 6 de febrero y el 5 de marzo respectiva­mente, la serie que comenzaron Montse­rrat Caballé y Teresa Berganza.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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