Acoger a todo el mundo no es tan fácil, sobre todo en una sociedad que presenta numerosas dificultades a los más pobres y a los que se ocupan de ellos. Pero Dios...mantiene ilusionados a quienes realizan esta dura tarea.
Estamos en Leganés, en un piso bajo abierto a la calle. No es muy grande: una habitación-comedor, despensa, baño, cocina y la pequeña sala donde nos han recibido como a uno más de los que aquí se acercan. Sin embargo, este local no es como otros; aquí se vive la caridad de una manera sencilla y útil, aunque increíblemente dura. Hay una misión que cumplir: dar de comer, día a día, a todos aquellos niños del barrio que lo necesitan y acuden a pedirlo, "A pesar de todo, -nos dicen- muchas veces somos nosotras las que recogemos a los niños y los traemos aquí".
Unas seis personas, todas ellas amas de casa, se ocupan de su funcionamiento; Paquita, María, Rosa y otras mujeres se han comprometido a venir un día a la semana a colaborar, además de cumplir con sus obligaciones. Los sábados hay paella y croquetas y ese día la cocina es una fiesta: las encargadas de hacer la comida son las alumnas del Colegio Mater Salvatore. Ellas realizan, por turnos, el trabajo del sábado.
SE ATIENDE A 20 NIÑOS Y 26 FAMILIAS
Junto al comedor funciona, en los mismos locales, una guardería en la que se acoge y atiende a unos 20 niños que comen allí mismo. A los restantes se les ayuda repartiendo la comida ya preparada a sus familias. Son aproximadamente 26 amas de casa las que acuden a diario a buscar la comida que llevarán a sus hogares.
El capítulo económico siempre es muy delicado; se tienen que cubrir los gastos de la comida y además, cada día se emplean más o menos 10.000 pesetas para sacar de un apuro a quien viene con problemas. "¡Qué vas a hacer con alguien que viene a pedirte dinero porque no tiene y le hace falta!
Las fuentes de ingresos son escasas pero confían que no les va a faltar, No saben cómo, pero cuando hay una necesidad extraordinaria, enseguida se cubre. El Tribunal de Protección de Menores aporta una subvención de 3.000 pesetas por persona y mes, que sólo cubre los menores de 4 años ( estos niños son considerados por dicho Tribunal como niños abandonados, pues si no fuera así, no podrían acogerse a la subvención). También se obtiene algún dinero de un taller de costura que han montado y se cuenta con los alimentos que envían algunas parroquias donde funciona la Operación Kilo, además de diversas ayudas extraordinarias.
ESTA ES VUESTRA OBRA
Hay un sencillo motivo que mantiene a estas personas en su labor. Ellas dicen que cubrir las necesidades más urgentes de los hombres es una tarea cristiana; Jesús lo dijo en el Evangelio: "uno no se salva solo". Además, hace ahora 5 años, conocieron la obra de Madre Teresa de Calcuta. "Aquello nos encendió la luz" -afirman-. Actualmente forman parte de los Colaboradores de M. Teresa, los cuales, siguiendo su espíritu, están por todo el mundo. En su última visita estuvo hablando con ellas y dijo a Paquita: "ésta es tu obra, mis monjas irán a otros sitios".
Este espíritu que las mueve queda perfectamente plasmado en estas palabras de M. Teresa: "Ni aún en los primeros tiempos yo pedía dinero jamás. Yo quería servir a los pobres exclusivamente por amor de Dios. Yo quería que los pobres pudiesen recibir de una manera gratuita lo que los ricos se procuran mediante el dinero".
Al preguntarlas sobre posibles proyectos, nos sorprendió su reacción. Había algunas ideas: una casa más grande, clases para ayudar a los chavales, apoyo económico, más alimentos, etc., pero enseguida nos dijeron que estaban contentas con lo que tenían, que no pedían nada más. Su única ambición es que continúe funcionando el comedor, sin pedir nada, confiando en Dios. Confiando también en la caridad de los hombres.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón