Huellas N.9, Octubre 2018

PRIMER PLANO

Luagres, no refugios

La libertad es el valor más grande hoy. Y, sin embargo, el que más está en crisis. Se buscan espacios seguros, protegidos, incluso entre los jóvenes. Y la emergencia educativa se hace cada vez más acuciante. ¿Cómo se “generan” hombres libres?

Puede resultar curioso empezar un viaje sobre la educación partiendo de los colonos del Lejano Oeste. Pero es un buen punto de partida, porque nos permite captar un aspecto decisivo de la crisis que estamos atravesando y que no afecta solo a los jóvenes: el drama de la libertad. Generaciones enteras han luchado en su nombre. Los EEUU –que para bien y para mal siguen siendo un punto de referencia en la historia actual– hicieron de la libertad una piedra angular. Sin embargo, justo ahora, cuando la ciencia, la tecnología y las teorías de los llamados “nuevos derechos” ponen a nuestra disposición una gama infinita de posibilidades –en teoría puedes elegir cualquier cosa que quieras, o casi–, se introduce el miedo. Nos encontramos como incapaces de elegir, en una actitud defensiva, con la impresión de ser objeto de un ataque por parte de quien tiene ideas distintas. Nos descubrimos débiles y confusos como nunca, necesitados de refugiarnos en lugares seguros para defendernos de los golpes de la realidad, como emerge con claridad en el relato “desde dentro” de los campus americanos y en la entrevista a Greg Lukianoff, un intelectual que acaba de publicar un libro sobre cómo América está malcriando la mente de sus hijos. Lo que pasa allí nos alerta sobre la urgencia de afrontar el problema educativo a todos los niveles. Hace décadas, don Giussani fue uno de los primeros en señalar la emergencia de la cuestión educativa que hoy resulta tan vital. El riesgo de encerrarse en sí mismo y el «déficit educativo» son síntomas evidentes de la crisis. Es imprescindible identificar la experiencia de quien trata de ir en otra dirección: en lugar de proteger a los chavales, solicitar su libertad, retarla, implicarla, creando lugares que generan en lugar de refugios que cierran.
El diálogo entre Julián Carrón y un grupo de universitarios va en este sentido. Y también el testimonio de una profesora que lleva cuarenta años asumiendo la tarea de apostar por la libertad para generar hombres libres. (dp)