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Huellas N.3, Marzo 2005

INÉDITO

Polonia. Las raíces de una historia. Signo y Misterio

Trascripción de la intervención de don Luigi Giussani con ocasión del ofrecimiento del movimiento “Iglesia viva” a la Inmaculada Madre de la Iglesia, de manos del cardenal Karol Wojtyla, entonces arzobispo de Cracovia

Me siento con vosotros como en mi casa, porque todos formamos parte del mismo Cuerpo del Señor, y veo que esta verdad, este valor, está en la base de vuestra experiencia y de vuestra fraternidad.
También nuestro movimiento, al igual que el vuestro, tiene como única tarea volver a proponer a los jóvenes, especialmente, una fe viva y la Providencia ha querido que los lemas, las palabras programáticas de nuestro movimiento coincidan literalmente con las vuestras: vida nueva, hombre nuevo y nueva cultura.
Sin embargo, el mundo que nos rodea no acepta fácilmente esta obra del Espíritu, esta novedad verdadera de vida. Por ello, al igual que vosotros tenéis que trabajar en condiciones adversas y fatigosas, con desasosiego y preocupación continua, así nosotros, por circunstancias distintas, tenemos nuestra fatiga y sufrimos persecución por parte del mundo.
Espero, por tanto, que vuestra experiencia sirva de ayuda a la nuestra, pues ya son muchos los intercambios de estudiantes que hemos realizado en estos años. Espero que sigamos compartiendo el camino para que también nuestra experiencia pueda ser un testimonio para vosotros. Gracias.


BOX
El movimiento polaco Iglesia viva tiene su origen en los Oasis. El primer Oasis (un retiro de 15 días) fue organizado por el padre Franciszek Blachnicki en 1954, con la finalidad de educar a los adolescentes en un estilo de vida cotidiana formado sobre la vocación cristiana. En 1969 se añadió un nuevo elemento: la concepción de una “Iglesia viva”. En 1976 el Oasis de Iglesia viva tomó el nombre de “Iglesia viva”, implicando a decenas de miles de personas.
La historia de amistad y de reconocimiento en la fe entre Iglesia viva y CL se remonta a mediados de los años sesenta. En el curso de un Simposio celebrado en Podkowa Lesna, cerca de Varsovia, entre los responsables de ambos movimientos, el padre Blachnicki lanzó la idea de un Congreso en Roma, al que se invitaría a otros veinte movimientos, para poder profundizar en las reflexiones iniciadas en el Simposio de Varsovia, en particular en la relación entre institución y carisma, el estatuto eclesial del laico y las notas de eclesialidad de un movimiento. El congreso tuvo lugar en Roma del 23 al 27 de septiembre de 1981. En aquella ocasión Juan Pablo II envió una carta en la que escribió, entre otras cosas: «Como sabéis bien, la Iglesia misma es un movimiento».
La invitación que en 1973 dirigió el padre Blachnicki a don Giussani para participar en la ceremonia de ofrecimiento del movimiento “Iglesia viva” a la Virgen a través del entonces cardenal de Cracovia Karol Wojtyla –que documentamos en estas páginas– se inserta en la historia de esta larga amistad.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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