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Huellas N.08, Septiembre 1998

CULTURA

De la tierra a la gente de Oaxaca

a cargo de Isabel Gómez

La ciudad entera movilizada por la exposición. El cristianismo como un hecho histórico que continúa en el presente.
Los testimonios de quienes lo han vivido en primera persona


Los amigos del Centro Cultural la Aventura Humana regalaron a Oa­xaca tres semanas de dos mil años de tradición, conoci­mientos, amistad y encuen­tros.
La exposición De la Tie­rra a las Gentes puso de ma­nifiesto la existencia germi­nal de un pueblo y una cultura que encuentran en el hecho de Cristo su fuente y capacidad creativa. El día de la inauguración estu­vieron presentes las autoridades del Gobierno del Estado, las au­toridades municipales, el Presi­dente de la Comisión de Dere­chos Humanos y el señor Arzobispo con todos los amigos brindando con un "Donaji".
Mientras, se empezaban a mostrar los paneles de la exposición en la Galería Nancy Can­seco, acompañados siempre de amigos que hacían de guías. Se presentó la mesa redonda: ''Cris­tianismo: ¿Hecho, Mito o Creen­cia Religiosa?" en la capilla del Hotel Camino Real, en el corazón de la ciudad. Acudieron de ponen­tes la Dra. Elisa Vargaslugo, In­vestigadora Emérita de la UNAM; el Dr. Fabio Iodice, Docto­rado de la Universidad del Sagrado Corazón en Milán y el Maestro César Mayo­ral, Máster de la Universi­dad de Western Pacific de Los Angeles, EE.UU.
«Este gesto representa el inicio de un espacio de li­bertad y de diálogo - su­brayó César Mayoral - en­tre personas con visiones distintas del hombre pero sinceramente interesadas por su destino». Realmente fue un diálogo cultural que muy pocas veces se da en nuestra ciudad.

En "movimiento"
Visitaron la exposición más de cuatro mil cien personas, entre ellas treinta escuelas, desde Pri­maria hasta la Universidad. Para los niños se preparó una guía especial para diferentes edades, desde seis años. La ciudad en­tera se vio de pronto hablando, comentando, invitando, partici­pando de cada uno de los ges­tos que acompañaban a la ex­posición, gestos que se caracterizaban por ser presen­tados con gran cuidado y ca­riño, siguiendo siempre a Da­niel, el presidente de la exposición. El comentario de la secretaria del Instituto Oa­xaqueño de las Culturas con el que realizamos los eventos fue: «Tenéis la manera más bonita de acompañar una ex­posición, con vuestra pre­sencia», y, el policía del instituto decía a los guías al acabar: «Les voy a ex­trañar, todas las exposicio­nes las inauguran y las de­jan ahí abandonadas, pero
su exposición siempre ha estado acompañada».
También la Universidad "Be­nito Juárez" abrió sus puertas para acoger este acontecimiento y el Paraninfo de la Facultad de Derecho recibió al Dr. Massimo Borghesi con el tema de la confe­rencia "La conciencia del Miste­rio en el hombre contemporá­neo". Ahí, en ese recinto, se escucharon las voces de jóvenes universitarios preguntando sobre el sentido del estudio, la vida, el amor, la felicidad. El gran Misterio se abría en cada una de las preguntas y respues­tas.

La coronación
Después de la misa nocturna, el domingo 21 de junio, se clau­suró la exposición dentro del Templo de Santo Domingo, orgullo de los oaxaqueños, joya histórica de un pasado he­cho presente: los Domini­cos de esta ciudad. Con un extraordinario concierto de música sacra se escuchó a la Orquesta Sinfónica de Oaxaca, con su director titu­lar Javier García Vigil, las voces claras, frescas y profe­sionales de Verónica y Gua­dalupe, mezzosoprano y so­prano que vinieron especialmente de la ciudad de México. Ahí el mayor "Amén" de la música, el Sta­bat Mater, despertaba en cada uno de los asistentes el deseo de estar, de permanecer, de pertenecer. Se escuchó también el Stabat Mater del oaxaqueño Juan Matías, el Exultate Jubi­late de Mozart y, al final, el himno Oaxaqueño: "Dios nunca muere" de M. Alcalá, a cuyos primeros acordes el público se puso de pie para escucharlo.
Lo que queda al término de estos días es una renovada cer­teza de que Cristo corresponde por completo a las exigencias de nuestro corazón y que la expe­riencia de la compañía de los hombres unidos por Él crea espa­cios de crecimiento, libertad y es­peranza para todos los que bus­can un sentido a su existencia.



El puerto seguro
Acepté estar en la exposición porque me iban a pagar. Pero, al transcurrir los días, me di cuenta de que aquello que se me había puesto en el camino era tan grande que si alguien llegara y me dijera: «¿Sabes que no te vamos a pa­gar?», yo le contestaría: «No importa, porque al fin y al cabo el dinero se va, pero la presencia de Cristo es para siempre». Para mí lo único importante de todo esto es darme cuenta de que Cristo es un puerto seguro, un lugar donde mi vida se realiza y gracias a eso me despierto con el deseo ferviente de vivir.
Juan C. Ruvalcaba

Un mes de encuentros
En marzo, me enteré por mis amigos de la exposición. Despertó mi interés saber de qué se trataba y compré el libro de inmediato, ya que transcribía todos los textos de la expo­sición. Cuando terminé de leerlo estaba impactada por lo que había sido el cristianismo. Y cuando en Escuela de Comu­nidad invitaron a apuntarse para ser guías, me inscribí. El día de la inauguración era el cumpleaños de mi hija Katina, de once años, y la invité a venir conmigo. Aparte de la visita guiada, tenía que estar en el teatro Macedonio Alcalá para una conferencia del Padre Olimón. Me sentía muy nerviosa al ver tanta gente, a mis amigos, a mi hija, atenta a todo lo que pasaba, poniendo las botellas de agua en la mesa del Presidium. Con cada persona o grupo que nos visitaba me sentía como los primeros cristianos haciendo memoria de Cristo y hablando de Él con tanta familiaridad como quien está viendo Su rostro y Su cuerpo viviente.
Katina Kraus Roldán

Una Presencia
No puedo explicar la experiencia tan grande que he vi­vido: ver los ojos de una persona brillar con dulzura al re­conocer que Cristo es una realidad presente, contemplar el rostro pleno de alegría de un ser que recuerda que la vida no termina con la muerte, sentir que el corazón de quien tienes enfrente late con la misma intensidad que tu co­razón, participar en los eventos, escuchar a hombres que expresan un gusto enorme por la vida y que la mayoría de las personas hemos perdido. Ahora sé que si Cristo ha llegado a mí de esta manera tan imprevista pero a la vez humana es porque me ama de una forma tan personal que apenas puedo vislumbrarla.
Úrsula Woolrich Bolaños Cacho

La racionalidad
La formación universitaria te va volviendo escéptico, dudoso de todo; las verdades últimas no existen y todo ter­mina en un relativismo cultural. Aunque sigo teniendo du­das o negaciones, la compañía de mis amigos y los gestos como la exposición hacen que esté más seguro y que sea fiel al camino por el cual transito. Gracias porque cada día estoy más cierto de la racionalidad del camino que recorro. Y esto es lo más valioso.
Juan Guillermo López Castellanos

Decisión
No tenía idea de la responsabilidad que adquiría cuando me apunté a ser guía. Cuando asistimos al curso de prepara­ción me empecé a preocupar, porque al oír las explicaciones que debíamos dar pensé: ¿y si yo no soy capaz? Organizaba los grupos pero dejaba que otra persona explicara la exposi­ción. Pero un día estaba yo sola, llegó un familia con muchos niños y empecé. Aprendí mucho con ellos y cada vez que hacía un recorrido iba aprendiendo algo más. Ver cómo se ini­ció el cristianismo me sirvió para darme cuenta y confirmar que mi fe está basada en hechos históricos de hace 2000 años, pero que permanecen vivos en la actualidad. Y esto me con­firma que Cristo es verdad y actúa cada día para mí.
Blanca Dolores Martínez Gómez

Importa la mirada
Estuve en la exposición en la secretaría con la venta de los libritos y las camisetas, y todos los días recordaba esta frase: «No importa tanto lo que hagas, sino la mirada que tengas hacia las cosas».
El trabajo de estos días me ha permitido experimentar que Cristo está presente en la compañía de los amigos, in­dependientemente de si son simpáticos o no. Como decía Juan Guillermo, me doy cuenta de que todo es dado y que hay alguien más grande que obra.
Nery Jesús García

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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