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Huellas N., Abril 1984

IGLESIA

Presencia ante Dios, presencia ante los hombres

Bartolomé Saro Asquerda

Los hermanitos de Jesús

"El Evangelio me enseñó que el primer manda­miento consiste en amar a Dios con todo mi corazón, y que hacía falta encerrarLo todo en el amor; todos saben que el amor tiene por efecto la imitación. No me sentía desti­nado a la imitación de su vida pública en la predicación: por, tanto, debía imitar, la vida escondida del humilde obrero de Nazaret"
Carlos de Foucauld

La vida del padre Carlos de Foucauld estuvo marcada por la contradicción. ¿Cómo sería posible, en medio de la solicitud de las nece­sidades cotidianas de sus hermanos los hombres, la vocación de un con­templativo? En su cabaña del desier­to, vivió la sed de entregarse sin descanso a la oración, acaparado sin embargo por la compañía de los tua­regs que constantemente asaltaban su simbólica clausura. Sabía que debía construir y asimilar una regla basada en la adoración, y mientras, se vio entregado a la elaboración de un dic­cionario, interrumpido sin cesar en su trabajo por las necesidades más variadas de sus visitantes. ¿Acaso no debía ser tan pequeño y abordable como el que en nada se distinguió de cualquier habitante de Nazaret?.
El P. Foucauld murió en es­ta imitación perfecta del Jesús oscu­ro; su asesinato parece el fracaso de una vida que no deja tras de sí ningún éxito. La fundación de los Hermanitos de Jesús habría de ser el fruto de su fracaso. Pero semejante contradicción es la profecía de lo que las comunidades que hoy dirige el P. Voillaume encarnan como trabaja­dores en medio de las clases obreras más humildes del mundo.
"Una de las principales ob­jeciones que suelen hacerse a nues­tro modo de vida era que el cansancio, el ruido con que se acompaña la mayor parte del tiempo, así como la pesadez del espíritu, provocada por un esfuerzo físico penoso y pro­longado, parecían quitar toda posibi­lidad de auténtica vida de oración (...) ya comprendéis hasta qué punto es grave esta cuestión no sólo para nosotros sino para millones de pobres gentes, de humildes trabajadores, su­jetos a una labor a menudo agotadora para poder vivir (...) Dios nos acu­ciaba hacia una participación cada vez más completa en el destino de los pobres, y al mismo tiempo profun­dizaba en nuestras almas el sentido de nuestra vocación a la oración(...) los pobres no pueden meditar. No están dispuestos para ello, no poseen la cultura requerida, no conocen el mecanismo de la meditación, o bien están demasiado cansados. (...) Pero sí podréis, a fuerza de valor perseve­rante, y por medio de actos de fe y de amor, sencillos y desnudos, si podréis poneros delante de Dios y esperarle, abriéndole el fondo de vuestro ser tal como es." (P. Voillau­me)
"La adoración que brota de un corazón completamente disponible para el prójimo, es la verdadera y pura adoración" (Carlos de Foucauld)
Los hermanitos viven como podría hacerlo cualquier familia tra­bajadora. El centro de su vida de oración es el Sacramentado, que com­parte con cuatro o cinco de ellos el espacio de algún piso barato en un barrio obrero, o la sencilla cabaña de un poblado africano; el resto lo llenan las preocupaciones y la jorna­da laboral de un bracero, de un opera­rio industrial, o de un pescador en alta mar, y la amistad que se engen­dra por la participación de un mismo destino y una misma labor, transfigu­rada en el amor cristiano.
Su atuendo según el lugar podrá ser desde la sencilla vestimen­ta al uso allí donde se encuentren al simple y tradicional hábito de religioso. Ni tan siquiera su régimen de vida puede ser explicitado sino como un total sometimiento, a la luz de una ascesis cristiana a las condi­ciones que su situación les permita crear.
Una vida consagrada de esta manera a la contemplación en medio de los caminos recorridos por cual­quier hombre en la tarea diaria tiene un valor de signo a la hora de esbo­zar lo que puede ser una vida cristia­na "en el corazón de las masas" Ayuda a comprender la dimensión profunda del trabajo humano, el sentido del sufrimiento; enseña a entregarse al riesgo del que depende de sus fuerzas físicas para mantenerse y a hacerlo con sentido providente; revela la po­sibilidad de una nueva forma de rela­ción y diálogo en el seno de toda actividad humana. En palabras de Voi­llaume: "Es de este modo como coloca­mos en el centro de nuestra alma lo esencial del drama que se representa en este momento dentro de la Cristian­dad para vivirlo en espíritu de repa­ración y para desenlazarlo dentro de toda la luz del reino de Jesús sobre la tierra"

Para un acercamiento a la congregación de Hermanitos de Jesús, fundados por René Voillaume según el espíritu de Carlos de Fou­cauld, puedes acudir a las siguientes obras:
- "Escritos espirituales de Carlos de Fou­cauld" Ed. Studium René Bazín.
- "En el corazón de las masas" Ed. Studium. René Voillaume.
- "Dos bailarines en la pista. Carlos de Fou­cauld". Ed. Paulinas. Charles Lepetit.
- "Carlos de Foucauld. Itinerario espiritual". Ed. Herder, J.F.Six.
- "El mensaje espiritual de Carlos de Foucauld" Ed, Sal Terrae, Luige Burriello.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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